domingo, 2 de noviembre de 2014

APARENTEMENTE MALO

Hace unos meses pedí ayuda para un asunto que necesitaba resolver. La persona a la que me dirigí esperando una respuesta positiva, me dio literalmente con la puerta en las narices, alegando que no podía ayudarme. Reconozco que fue una decepción, sobre todo por ser una persona conocida y haber participado juntas en proyectos comunes. Pero bueno… era lo que había. 


Su negativa respuesta, sin embargo, me dio la mejor de las soluciones. Gracias a su NO busqué otros recursos y, en esa búsqueda, apareció quien me ayudó de verdad, es decir, más de lo esperado. Este último recurso para mí fue quien realmente resolvió el asunto, no sólo una parte como yo solicitaba. 

He aquí otro aprendizaje de la vida: no siempre lo aparentemente malo es así. Más bien suele ser un impulso a seguir buscando y encontrar de esta forma la verdadera solución. 

Hoy tengo que estar agradecida a ese no. Aprendí en quién no puedo confiar (a pesar de sus bonitas palabras); cómo seguir buscando (aunque sea a la desesperada); que siempre hay gente buena dispuesta a echar una mano (aunque parezca mentira); y que casi todo en la vida tiene solución (aunque en principio aparente lo contrario). ¡Ah! Experimenté también lo bien que sienta una ayuda después de una decepción. 


M. Elena Valbuena 

Voluntaria T.E.

2 comentarios:

  1. Una vez más muchas gracias Mª Elena por tus vivencias que son enseñanzas para mí. Suele pasar que después la "Vida" te presenta a las personas que menos te esperabas y la ayuda es fabulosa. Además es una forma muy buena de saber a quien de aquí en adelante no debemos pedir ayuda; pero si alguna vez a mi me la pidiera yo se la daría creo que sería una gran enseñanza y para que se de cuenta que como seres que vivimos en sociedad necesitamos los unos de los otros. Pepi

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  2. Muchas gracias Mª Elena por compartir esta situación que es un recordatorio para mí. Pero mi pregunta ahora es ¿sí te pidiera ayuda él/ella se la darías o no?. Porque yo hace años (cuando era tan tajante), de la rabia, coraje, decepción.... que había recibido diría; yo a él/ella nunca ayudaría, pero ahora mi respuesta es afirmativa para demostrarle que necesitamos los unos de los otros como personas que vivimos en sociedad, y él/ella en algún momento ha necesitado de los demás. Pepi

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