martes, 22 de junio de 2021

Pandemia y Prevención del Suicidio.

1.- Unas reflexiones sobre la situación excepcional actual de Pandemia

Estamos viviendo una situación absolutamente insólita e inesperada que genera incertidumbre y desasosiego.

Estamos viviendo un momento histórico que va a marcarnos para siempre. Un momento histórico que muchas voces califican de devastador, tanto como para compararlo con la II Guerra mundial.

Se trata de una situación que nos ha hecho tomar conciencia de algo que ya sabíamos pero que, a menudo, olvidamos: nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad, tanto individual como colectiva.

Los SENTIMIENTOS que surgen como consecuencia de esta situación son:

1)- El MIEDO y  la ANSIEDAD GENERALIZADA que bloquean a quien los padece.

2)- Gran TRISTEZA, tan grave, que puede desembocar en una DEPRESIÓN.

3)- Sentimiento de INDEFENSION, cuya consecuencia inmediata es creerse en absoluto desamparo, en definitiva, pensar que cualquier acción defensiva que se emprenda será inútil. Y esto ocurre a pesar de que se conocen ya algunas medidas preventivas: mascarillas, separación interpersonal y lavado de manos, entre otras.

4)- sentimientos de absurda DISTOPIA que no se creía llegara nunca a occidente, por tanto “cualquier cosa terrible es posible que ocurra” y nadie está a salvo.

5)- Sentimiento de PÉRDIDA, sensación de que se ha perdido la vida conocida, la estabilidad económica, la libertad de movimiento, la ilusión del control de nuestras vidas, del contacto físico con quienes amamos… y además de estas pérdidas, la única seguridad es que el futuro no presenta más que incertidumbres de corte negativo.


2.- ¿Puede la situación de Pandemia inducir al Suicidio?

Hay que tener en cuenta que, en una situación tan sobrecogedora por la incertidumbre y sensación de indefensión que genera la Pandemia, se puede presentar la idea del suicidio como única y más satisfactoria salida, al menos en la que se conoce como la primera fase del suicidio, la de Consideraciòn.

Fase de Consideración, cuando se ve en el suicidio la única posibilidad para salir de una situación muy angustiosa y dolorosa.

Las siguiente fases son:

Fase de Ambivalencia, en que se considera el suicidio como solución pero se duda de sus beneficios.

Fase de Decisión, en la que ya se ha establecido un plan.

Lo deseable es que no se llegue a ninguna de estas dos fases y cortar el proceso en la primera de ellas.

Ahora vamos a analizar los factores facilitadores que desembocan en la primera fase comentada, según queda reflejado en las Guías de intervención en crisis suicidas elaboradas en el Teléfono de la Esperanza.

Estos FACTORES FACILITADORES que expondré a continuación, unidos a los 5 SENTIMIENTOS consecuentes a la situación de caos general en el que se vive durante una pandemia, aumentan de forma exponencial la posibilidad de llegar al punto en que se presente la IDEACION SUICIDA


Factores facilitadores:

1.- Conflictos familiares:

La situación de confinamiento sostenido durante semanas a causa del estado de alarma decretado para luchar contra la Pandemia, tiene como consecuencia una convivencia limitada a la vivienda y en la que, los que allí viven, tienen que pasar las 24 horas del día en un encierro que puede exacerbar las malas relaciones e incluso, si ya existía, agravar el maltrato intrafamiliar y la violencia.


2.- Personalidad y trastornos mentales

Las personas sometidas al confinamiento, cuando ya presentaban con anterioridad tipos de personalidad con características impulsivas o/y obsesivas, pueden agudizar su sintomatología de forma grave. Especial preocupación a propósito del Trastorno Límite de Personalidad que puede tener en ocasiones tendencia al aislamiento pero que, si es obligado, puede acrecentar los sentimientos de vacío existencial, las autolesiones y por supuesto las ideas suicidas.

Lo mismo podemos decir con respecto a otros trastornos como las esquizofrenias, que pueden no comprender el por qué no pueden salir de casa; o los trastornos del estado de ánimo como la Depresión mayor o los trastornos Bipolares. Sin olvidarnos del amplio espectro del trastorno autista.


3.- Aislamiento y soledad

Ambos estados, cuando son impuestos y no deseados, como puede ocurrir con el confinamiento, provoca normalmente sentimientos de tristeza profunda y desinterés por la vida, asociados fácilmente al suicidio.


4.- Sufrimiento y pérdidas

Padecer una enfermedad grave ya sea crónica o puntual y aguda, puede hacer pensar en el suicidio como única salida ante la seguridad de que el sistema sanitario está desbordado atendiendo la Pandemia. Así, concibe la muerte como una liberación a su dolor sin otra alternativa.

De igual modo, encontrarse en duelo por una pérdida, ya sea de un ser querido o de una situación  económica  de  seguridad  que  se  prevé finalice a consecuencia de la pandemia, puede traer a la mente la idea de suicidio como un solución para no vivir esa situación que se adivina de malestar y sufrimiento.


Estas son las principales causas de aparición de la idea suicida.

Como es fácil deducir de todas ellas, se exacerban extraordinariamente ante la situación de incertidumbre que genera una llamada al estado de alarma y máxime si le sigue un confinamiento domiciliario como estrategia para combatir la pandemia.


ESTRATEGIAS de PREVENCIÓN


1º DETECTAR LA IDEACIÓN SUICIDA

Para lo que se dejará a la persona que la sufre, que exprese libremente su angustia y lo que la induce a creer que no tiene salida su situación.

2º En definitiva, facilitar la VERBALIZACIÓN DE LA IDEA SUICIDA. Dejarle hablar sin juzgar ni interrumpir, por mucho que lo estemos deseando.

3º NEUTRALIZAR LA IDEACIÓN SUICIDA.

Con técnicas como la de distraer su atención hacia escenarios más benignos como por ejemplo situarla en momentos de su vida en que vivió situaciones difíciles y pudo superarlas.

En esta última etapa conseguimos ampliar su visión de túnel y ampliar  el  abanico  de  alternativas  a  su  situación.  De  alguna  forma logramos que deje de lado la opción de acabar con su vida, restablecer el equilibrio y, si conseguimos que acceda a comenzar una Terapia, ya tenemos prácticamente evitada la idea de muerte por suicidio en su primera etapa, evitando que se presente ninguna de las dos siguientes.


ATENDER A LA FAMILIA

Y para terminar mi artículo, solo hacer una pequeña mención a la respuesta que debemos dar en el caso de ayudar a elaborar el duelo de los supervivientes al suicidio de un ser querido.

Hay que tener presente que, durante el estado de alarma por la pandemia, se  da una situación muy especial y dolorosa: no podrán despedirse. Por tanto, la elaboración del duelo será mucho más costosa por la complicación que ese elemento aporta de especial.

Capítulo aparte y merecedor de un trabajo en sí mismo es la intervención que se aconseja por el Teléfono de la Esperanza al atender la llamada de una persona que nos informa de que tiene un familiar con ideas suicidas.


Autora: Mercedes Santos Sánchez, Licenciada en Psicología. Escritora y colaboradora del Teléfono de la Esperanza de Valencia.


sábado, 5 de junio de 2021

LA IMPORTANCIA DE TU DIÁLOGO INTERNO

Es posible que nunca te hayas planteado cómo te hablas a ti mismo. De hecho, es
posible que te parezca algo irrelevante.

Sin embargo, si algo caracteriza a muchas de las personas que visitan el Teléfono de la Esperanza solicitando nuestra ayuda, es precisamente eso, que no pueden evitar pensar de manera negativa  ni saben gestionar de manera adecuada los pensamientos intrusivos.

¿Qué es el diálogo interno?

Es la conversación que mantienes contigo mismo cuando intentas explicar, comprender o evaluar alguna situación o experiencia vivida. Gran parte del tiempo esta conversación se está dando de manera inconsciente, por ello, es importante darte cuenta de cómo puede estar influyendo en tu bienestar psicológico.

El diálogo interno que tienes contigo mismo influye de una manera directa sobre las emociones que experimentas. 

Tal como piensas, así eres.


El diálogo interno puede aparecer así:

Autocrítico: te hablas culpándote mediante la desvalorización. Es una manera de maltratarte y castigarte.

Autoexigentese da en mayor medida en personas perfeccionistas y con tendencia a la autoexigencia. Es una manera de presionarte que te pone al límite generándote muchas veces ansiedad.

Victimista: te dices que no puedes hacer nada para cambiar lo ocurrido, que la culpa proviene del exterior y te lamentas de cómo son las cosas sin hacer nada para cambiarlo.

Catastrófico: imaginas el peor escenario posible, te anticipas a los hechos (que probablemente no sucederán) y los magnificas. Aquí puedes sentir angustia y ansiedad.


Imagina esta situación

Un amigo tuyo tiene próximamente una entrevista de trabajo en la empresa en la que trabajas, así que además de dar referencias positivas sobre él, le facilitas el contenido de lo que le van a preguntar, así que se lo prepara. El día de la entrevista, tu amigo comete un error importante y aún teniendo ventaja no le eligen para el puesto. Él comienza a decirse a sí mismo que es un fracasado y un inútil, que lo tenía más fácil que los demás y aun así ha sido derrotado. Cómo es posible que haya cometido tal error, es imperdonable.

¿Ves el diálogo que tiene?  Totalmente autocrítico.

Tú, ¿le dirías lo mismo a tu amigo?

O le dirías: bueno la verdad es que tenías ventaja y ha sido una pena que por ese error no hayas sido elegido, pero lo has hecho lo mejor que has podido y todos nos equivocamos. Tal vez no era para ti el puesto, quién sabe. No te castigues, has ido con la mejor de las intenciones.

Con ambas visiones te sientes frustrado, pero con la segunda, aceptas lo que ha ocurrido y acabas comprendiendo que ya no está en tu mano cambiar la situación y que no sirve de nada seguir castigándote.

Espero que este artículo te haya ayudado a reflexionar sobre cómo te hablas a ti mismo.

Próximamente te hablaré más sobre el diálogo interno que verdaderamente te puede ayudar.

Y recuerda que si nos necesitas, estamos los 365 días del año en https://telefonodelaesperanza.org/valencia


Autora: Maribel Ruiz, Psicóloga.