A menudo se dice que una persona es la suma de sus recuerdos, que su
experiencia es lo que la hace ser quien es. A pesar de esto, el funcionamiento
de la memoria en general todavía se conoce poco, puesto que la memoria humana es
mucho más complicada y peculiar que cualquier memoria que resida en un
ordenador, tableta o teléfono.
A continuación te presentamos una breve guía de 10 puntos sobre la psicología
de la memoria:
1. Memoria no decae
Todo el mundo ha experimentado la frustración de no ser capaz de recordar un
hecho de la memoria. Podría ser el nombre de alguien, un dato histórico o dónde
está aparcado el coche. De entrada parece evidente que los recuerdos van en
decadencia con el tiempo, como la fruta fresca. Sin embargo, una investigación
reciente no apoyaría este punto de vista. Muchos investigadores piensan que en
realidad la memoria tiene una capacidad ilimitada, y los recuerdos nuevos no
hace que los antiguos desaparezcan. En realidad, de alguna forma todo se
almacena en nuestra mente, el problema es que si no los utilizamos o
“practicamos” de alguna forma con dicho recuerdo, éste se vuelve más difícil de
acceder. Esto significa que no es la memoria que desaparece, sino la capacidad
de recuperarla.
2. Olvidar ayuda a aprender
La idea de que el olvido nos puede ayuda a aprender parece una total
contradicción, pero debemos pensar en ello de la siguiente manera: imagínate se
ha creado un cerebro que puede recordar siempre y además puede recordarlo todo.
Cuando, llegado el caso, este cerebro increíble está tratando de recordar dónde
estacionó el coche, traería de inmediato a la mente todos los aparcamientos que
había visto en su vida, lo que le obligaría a tener que ordenar a través de la
gran cantidad de información disponible. Todo esto conllevaría una carga de
trabajo tremenda y muy costosa.
Pero obviamente, la única información relevante ahora es el aparcamiento más
reciente. Y este hecho es habitualmente cierto para la mayoría de nuestros
recuerdos. Los últimos acontecimientos son generalmente mucho más importantes
que los que sucedieron hace mucho tiempo.
De modo que, para que este super-cerebro imaginario fuera más rápido y más
útil en el mundo real, tendría que construir algún sistema para descontar el
tiempo, información inútil, etc. De hecho, por supuesto, todos tenemos uno de
estos super-cerebros, con un sistema de descuento muy particular: lo llamamos
‘olvidar’.
Es por eso que el olvido nos ayuda a aprender: como menos información poco
relevante se vuelve accesible, mejor, y así nos podemos quedar con la
información que es más importante para nuestra supervivencia diaria.
3. Recuerdos ‘perdidos’ se pueden recuperar de nuevo
A lo largo del tiempo ha podido comprobarse que los recuerdos no se
deterioran. El hecho es que, a pesar de que los recuerdos pueden ser menos
accesibles, también pueden ser revividos.
hay personas que durante mucho tiempo han sido incapaces de recordar ciertas
cosas o acontecimientos, pero que todavía estaban en su mente, esperando a ser
despertados. Algunos experimentos han demostrado que la información que se ha
convertido en algo inaccesible, todavía puede ser revivida. De hecho, así es
como muchos re-aprendemos cosas con mucha más facilidad, porque de repente
nuestra mente conecta con antiguos recuerdos que nos ayudan a aprender algo que
de alguna forma, ya sabíamos.
Por este motivo se dice que nunca se olvida a montar una bicicleta, y no sólo
se aplica a las habilidades motoras, también se aplica a los recuerdos.
4. Recordar altera los recuerdos
Aunque es un elemento fundamental de la memoria, la idea de que recordar
altera los recuerdos parece algo opuesto. ¿Cómo se puede recuperar una memoria
cambiarla al mismo tiempo?
Parece ser que al recuperar algo de nuestra memoria, hacemos de forma
inconsciente una comparación con otros recuerdos. Vamos a explicar esto a través
de un ejemplo. Digamos que estamos recordando un cumpleaños de la infancia en
particular, y nos viene a la memoria que nos regalaron una nave espacial de
Lego. Cada vez que recordamos ese hecho, las otras cosas que sucedieron en
nuestro cumpleaños ese día se vuelven más débiles en comparación.
Así pues, el proceso de recuperación es en realidad la construcción activa
del pasado, o al menos las partes de su pasado que podemos recordar.
Se ha podido ver que los falsos recuerdos potencialmente pueden ser creados
por este proceso de recordar falsamente el pasado. De hecho, los psicólogos han
implantado experimentalmente falsos recuerdos a personas.
Esto plantea, entre otras cosas, la fascinante idea de que efectivamente nos
creamos a nosotros mismos mediante la selección de recuerdos que evocamos.
5. Memoria es inestable
El hecho de que el simple acto de recuerdo cambia la memoria significa que es
relativamente ésta es algo inestable. Pero la gente tiende a pensar que la
memoria es relativamente estable: nos olvidamos de que hemos olvidado y creemos
que no vamos a olvidar en el futuro lo que hoy nos está ocurriendo.
Lo que esto significa es que los estudiantes, en particular, subestiman
cuánto esfuerzo será necesario para aprender el material que tienen para un
examen de memoria. Y no son los únicos. Porque esto conduce al siguiente
punto:
6. El sesgo de la previsión
Todo el mundo debe haber experimentado esto alguna vez. A veces se nos
ocurren cosas o tenemos la idea de hacer algo, y pensamos que no lo olvidaremos.
Así que no nos molestamos escribirlo ni nada. Pero ¡sorpresa! a los diez minutos
hemos olvidado aquello y nunca regresa.
Vemos lo mismo también en el laboratorio. En un estudio realizado por Koriat
y Bjork (2005) algunas personas aprendieron pares de palabras como “lámpara de
luz”, y luego se les pidió que valorasen cuán probable era que recordasen dichas
palabras cuando vieran nuevamente la palabra “luz”. Todos, en un exceso de
confianza, creyeron que lo iban a recordar sin problema. Pero cuando más
adelante llegó el momento y vieron la palabra “luz”, a muchos les vino a la
mente otras palabras como “bombilla”, “foco” o incluso “sombra” y la respuesta
correcta no fue en realidad tan fácil de recordar como ellos predijeron.
7. Cuando recuerdo es fácil, el aprendizaje es bajo
Nos sentimos inteligentes cuando recordamos algo al instante y estúpidos
cuando se necesitamos una eternidad. Pero en términos de aprendizaje, debemos
sentir exactamente lo contrario. Cuando algo viene a la mente de forma rápida,
es decir, no hacemos trabajo para pedir su devolución, no se produce el
aprendizaje. Cuando tenemos que trabajar duro para traerlo a la conciencia, algo
mágico sucede: aprendemos.
Cuando los recuerdos de las personas se ponen a prueba, cuanto más trabajo
han hecho para construir o reconstruir la memoria de destino, más fuerte es la
memoria en el tiempo. Esto es porque las técnicas de aprendizaje adecuadas
siempre implican un esfuerzo, un trabajo, porque sólo mirando a la información
no es suficiente: el aprendizaje necesita recordar con esfuerzo.
8. El aprendizaje depende en gran medida del contexto
¿Alguna vez has notado que cuando se aprendemos algo en un contexto, como por
ejemplo el aula del colegio, se hace difícil recordar cuando ese contexto
cambia?
Esto se debe a que el aprendizaje depende en gran medida de cómo y dónde
hacerlo: depende de quién está allí, lo que está a su alrededor y cómo se
aprende.
Resulta que a largo plazo, las personas aprendemos mejor cuando la
información se recoge de diferentes maneras o en diferentes contextos. Cuando el
aprendizaje es altamente dependiente del contexto, no se transfiere bien y se
olvida antes con los años.
9. Memoria, vuelve a cargar
Si usted quiere aprender a jugar al tenis, ¿es mejor que pasar una semana
aprendiendo a servir, la próxima semana el golpe de derecha, la semana después
del revés, y así sucesivamente? ¿O hay que mezclarlo todo con servicios,
potentes derechas y reveses todos los días?
Resulta que para la retención a largo plazo, los recuerdos se recuerdan más
fácilmente si el aprendizaje se mezcla. Esto es tan cierto tanto para el
aprendizaje motor, como el tenis, como lo es para la memoria declarativa, como
aprender cuál es la capital de Venezuela (Caracas).
Aunque a veces al principio nos parecerá que esto es contraproducente, parece
que a largo plazo este tipo de aprendizaje mix-and-match funciona mejor.
Una explicación de por qué esto funciona se llama la “hipótesis de la
recarga”. Cada vez que cambiamos las tareas que tenemos que “recargar” la
memoria. Este proceso de recarga fortalece el aprendizaje.
10. El aprendizaje está bajo nuestro control
El resultado práctico de estos hechos sobre la memoria, es que a menudo
subestimamos la cantidad de control que tenemos sobre nuestra propia
memoria.
Por ejemplo, la gente tiende a pensar que hay cosas que son, por su
naturaleza, difíciles de aprender, por lo que se dan por vencidos rápidamente.
Sin embargo, con las técnicas como el uso de diferentes contextos, el cambio
entre tareas y reconstrucción de los recuerdos, todos podemos ayudar a impulsar
la retención.
Las personas también tienden a pensar que el pasado es fijo y se ha ido, que
no se puede cambiar. Pero la forma en que recordamos el pasado y pensar en ello
puede llevar a cambiarlo. Recordando los recuerdos de distintas maneras nos
puede ayudar reinterpretar el pasado, y por tanto, a reconstruir un camino para
un camino diferente para el futuro. Numerosos estudios han demostrado que las
personas pueden desplazar los recuerdos negativos dolorosos, centrándose en los
más positivos (Levy y Anderson, 2008).
En definitiva, nuestra memoria no es tan mala como podríamos imaginar. Puede
que no funcione siempre como desamos, pero eso es lo que hace que sea aún más
fascinante para entender y experiencia.
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