“Toda tu vida buscando tu media naranja y ahora que las has encontrado ¿por qué se apaga la llama?”
La actividad
dopaminérgica no es un marcador del placer, es una reacción a lo inesperado, a
lo posible y a la expectación.
Como
seres humanos experimentamos una descarga de dopamina a partir de sorpresas,
como la llegada de una nota inesperada de la persona que amas, un email de un
amigo que hace años que no ves, un incentivo económico, etc. Pero cuando esas
cosas pasan a ser periódicas, repetitivas y previsibles, la descarga de
dopamina desaparece.
Nuestro
cerebro esta programado para anhelar lo inesperado y mirar hacia un futuro donde
se inicie cualquier posibilidad emocionante, pero cuando todo, incluido el amor
se vuelve algo conocido, ese entusiasmo desaparece y volvemos a sentirnos atraídos
por otras cosas o personas.
Es el error
de predicción el factor determinante en la aparición de la dopamina.
Constantemente estamos haciendo predicciones sobre lo que va a pasar y cuando
lo que sucede es mejor de lo que esperábamos se produce un error en nuestra
previsión y es este error feliz el que pone en marcha la dopamina.
“Vas
al trabajo y descubres una nueva cafetería, entras y pides un café y un
cruasán, y al probarlos piensas que es lo mejor que has probado en tu vida.
Durante los días posteriores estás deseando ir a este nuevo sitio a degustar el
mejor café y cruasán que hayas probado nunca. Pero pasan las semanas y este
sitio y este desayuno pasa a ser el mismo desayuno de siempre”.
Existen
dos espacios alrededor del ser humano, el peripersonal, que es todo
aquello que tenemos a nuestro alcance, es el aquí y el ahora, y el extrapersonal,
que es aquello que no tenemos a nuestro alcance, que no podemos tocar.
El
cerebro distingue entre lo que tienes y lo que no tienes.
Cuando
el amor pasa del espacio extrapersonal al espacio peripersonal,
la activación de la dopamina desaparece.
Cuando
se trata del amor, la fase de enamoramiento inicial acabará desapareciendo y
ese romance apasionado cesará tarde o temprano y llegará el momento de elegir.
Según
la antropóloga Helen Fischer, el enamoramiento o amor apasionado dura solo de
doce a dieciocho meses, y pasado ese tiempo, si la pareja quiere seguir unida
tendrá que dar paso a un amor de compañeros, donde prevalecen las hormonas del
aquí y el ahora.
El amor
duradero está basado más en la experiencia que en la expectación, evoluciona
desde la fantasía de que todo es posible, al compromiso con la realidad y sus
imperfecciones
Podremos
pasar a un amor que se alimenta por aprecio y admiración diario por la otra
persona, o podremos poner fin a la relación y buscar otra montaña rusa de
emociones, el chute de dopamina cuesta poco de conseguir, pero se acaba
enseguida.
Cuando
la vida nos ofrece una salida fácil frente a una tarea difícil, la escogemos.
La
dopamina es la molécula que cultiva la eterna insatisfacción, y desde el punto
de vista de la dopamina, tener cosas no es interesante, lo importante es
conseguirlas.
El lema
de la dopamina es “más”. No es la molécula del placer, es la molécula de la
ilusión.
Las
moléculas del aquí y el ahora están orientadas al presente, son: la serotonina,
la oxitocina (mujeres), la vasopresina (hombres), las endorfinas (morfina
cerebral) y los endocannabinoides (marihuana cerebral).
Pese a
que ambos circuitos (el de la ilusión y el del aquí y ahora) pueden funcionar
juntos, en la mayoría de las circunstancias se contrarrestan. La vasopresina
actúa como la hormona del buen marido y la dopamina hace lo contrario.
En las
parejas, se tiende a tener relaciones sexuales con menos frecuencia debido a
que el amor dopaminérgico obsesivo evoluciona hacia el amor de compañerismo del
aquí y ahora. La vasopresina y la oxitocina inhiben la liberación de
testosterona.
Ahora
podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué
circuito funciona mas en ti, el de la ilusión o el del aquí y ahora?
¿Es la
dopamina quien guía y dirige tu vida?
¿Quién crees
que eres tú, un buen descubridor o un buen colonizador?
Autor: JC Navarro Marzo-Perpiñán. Psicólogo General Sanitario CV.14060.
Fuente:
Lieberman, D., Long, M. (2021). Dopamina. Península.
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