martes, 8 de febrero de 2022

La Dopamina en el amor

“Toda tu vida buscando tu media naranja y ahora que las has encontrado ¿por qué se apaga la llama?”


Durante mucho tiempo se pensó que la dopamina era la hormona del placer, pero descubrimientos posteriores indicaron que nada tenía que ver con el placer, sino que proporcionaba sensaciones más influyentes.

La actividad dopaminérgica no es un marcador del placer, es una reacción a lo inesperado, a lo posible y a la expectación.

Como seres humanos experimentamos una descarga de dopamina a partir de sorpresas, como la llegada de una nota inesperada de la persona que amas, un email de un amigo que hace años que no ves, un incentivo económico, etc. Pero cuando esas cosas pasan a ser periódicas, repetitivas y previsibles, la descarga de dopamina desaparece.

Nuestro cerebro esta programado para anhelar lo inesperado y mirar hacia un futuro donde se inicie cualquier posibilidad emocionante, pero cuando todo, incluido el amor se vuelve algo conocido, ese entusiasmo desaparece y volvemos a sentirnos atraídos por otras cosas o personas.

Es el error de predicción el factor determinante en la aparición de la dopamina. Constantemente estamos haciendo predicciones sobre lo que va a pasar y cuando lo que sucede es mejor de lo que esperábamos se produce un error en nuestra previsión y es este error feliz el que pone en marcha la dopamina.

“Vas al trabajo y descubres una nueva cafetería, entras y pides un café y un cruasán, y al probarlos piensas que es lo mejor que has probado en tu vida. Durante los días posteriores estás deseando ir a este nuevo sitio a degustar el mejor café y cruasán que hayas probado nunca. Pero pasan las semanas y este sitio y este desayuno pasa a ser el mismo desayuno de siempre”.

Existen dos espacios alrededor del ser humano, el peripersonal, que es todo aquello que tenemos a nuestro alcance, es el aquí y el ahora, y el extrapersonal, que es aquello que no tenemos a nuestro alcance, que no podemos tocar.

El cerebro distingue entre lo que tienes y lo que no tienes.

Cuando el amor pasa del espacio extrapersonal al espacio peripersonal, la activación de la dopamina desaparece.

Cuando se trata del amor, la fase de enamoramiento inicial acabará desapareciendo y ese romance apasionado cesará tarde o temprano y llegará el momento de elegir.

Según la antropóloga Helen Fischer, el enamoramiento o amor apasionado dura solo de doce a dieciocho meses, y pasado ese tiempo, si la pareja quiere seguir unida tendrá que dar paso a un amor de compañeros, donde prevalecen las hormonas del aquí y el ahora.

El amor duradero está basado más en la experiencia que en la expectación, evoluciona desde la fantasía de que todo es posible, al compromiso con la realidad y sus imperfecciones

Podremos pasar a un amor que se alimenta por aprecio y admiración diario por la otra persona, o podremos poner fin a la relación y buscar otra montaña rusa de emociones, el chute de dopamina cuesta poco de conseguir, pero se acaba enseguida.

Cuando la vida nos ofrece una salida fácil frente a una tarea difícil, la escogemos.

La dopamina es la molécula que cultiva la eterna insatisfacción, y desde el punto de vista de la dopamina, tener cosas no es interesante, lo importante es conseguirlas.

El lema de la dopamina es “más”. No es la molécula del placer, es la molécula de la ilusión.

Las moléculas del aquí y el ahora están orientadas al presente, son: la serotonina, la oxitocina (mujeres), la vasopresina (hombres), las endorfinas (morfina cerebral) y los endocannabinoides (marihuana cerebral).

Pese a que ambos circuitos (el de la ilusión y el del aquí y ahora) pueden funcionar juntos, en la mayoría de las circunstancias se contrarrestan. La vasopresina actúa como la hormona del buen marido y la dopamina hace lo contrario.

En las parejas, se tiende a tener relaciones sexuales con menos frecuencia debido a que el amor dopaminérgico obsesivo evoluciona hacia el amor de compañerismo del aquí y ahora. La vasopresina y la oxitocina inhiben la liberación de testosterona.

 

Ahora podemos hacernos las siguientes preguntas:

¿Qué circuito funciona mas en ti, el de la ilusión o el del aquí y ahora?

¿Es la dopamina quien guía y dirige tu vida?

¿Quién crees que eres tú, un buen descubridor o un buen colonizador?

 

 Autor: JC Navarro Marzo-Perpiñán. Psicólogo General Sanitario.

Fuente: Lieberman, D., Long, M. (2021). Dopamina. Península.


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