miércoles, 27 de noviembre de 2013

15 PAUTAS PARA EDUCAR EN FAMILIA





Elige una pedagogía POSITIVA

1. Mira a tu hijo con ojos positivos. Nadie es irresponsable, dependiente, miedoso, desordenado, ni nadie es fracaso escolar. Nadie “es” todos “hacemos” cosas, que pueden aprenderse a hacer de otra forma. Trátale “como si...”: como si fuera comunicativo y le gustase hablar, como si fuera generoso y le gustara ayudar, como si fuera valiente y decidido...

2. Enséñale a ser autónomo. Estimula su independencia, adaptada a su edad: así aprenderá a vivir los cambios y lo desconocido, aprenderá a decidir y a ser responsables.

3. Toca y abraza a tu hijo. Repite siete veces al día* “te quiero mucho” y da muestras físicas de afecto, que respalden lo que dices para que tus hijos se sientan respaldados, abiertos y confiados.

4. Alfabetiza sus sentimientos. Cuando nos sentimos mal nos volvemos torpes y nos olvidamos de los que sabemos hacer. Si ignoras los sentimientos ellos seguirán gobernando tu vida sin dirección. Aprended más vocabulario sobre sentimientos, aprended a identificarlos y a expresarlos para crear climas más cálidos. Es más fácil de lo que parece: todos los días oímos música, contamos cuentos y noticias repletos de sentimientos.

5. Sé exigente en clave positiva. Tus hijos crecerán más si tienen una imagen positiva de sí mismos. Cuando logres esto, puedes hacer críticas puntuales sobre hechos concretos, sin generalizar, en privado y sin comparar.

Elige una pedagogía ASERTIVA

6. Sé asertivo en casa: hay cosas “no-negociables”. No vayas de “colega” con tus hijos. Necesitan que tú seas su padre o su madre, el único que tienen. Si concedes todo y te callas harás que tu hijo sea un tirano y renunciarás a tu proyecto de familia. Forja en ellos una personalidad fuerte mediante la exigencia en clave positiva. Si eres autoritario, tu hijo perderá la autonomía y si lo haces agresivamente, perderá la asertividad. Si eres permisivo sin exigir, tu hijo se convertirá en autocomplaciente y narcisista pasivo, sin sacar partido de sus cualidades.

7. Potencia la asertividad de tu hijo. Todos desearíamos tener un hijo sumiso, solucionaríamos muchos problemas y sería obediente, pero en su vida sería infeliz, se dejaría manipular por todos y no lograría realizar sus deseos, ni sus proyectos. Tendrá la obediencia adecuada después de aprender a ser asertivo. Un niño sumiso o avasallador tendrá más dificultades sociales, será fácil de manipular y estará más expuesto a los riesgos del momento: drogas, alcohol, sida, embarazos, bandas...

8. Escucha con atención a tus hijos. Fundamenta la escucha en la atención a los detalles y la sinceridad, no sobre la desconfianza detectivesca de descubrir cosas raras. Si tienes poco tiempo, ellos no lo medirán. Quieren calidad de tiempo y calidez. De pequeño escucha sus fantasías sobre princesas y dragones. De mayores seguirán teniendo otras princesas y dragones y fútbol y televisión y música.

9. No tengas alergia al conflicto. Limita los conflictos basados en ataques personales y potencia los conflictos donde se expresen puntos de vista distintos, donde se defiendan derechos, donde se generen alternativas, diálogos, iniciativas y soluciones más inteligentes.

10. Haced tertulias para contaros aventuras. Inventad la “cena sin tele” y si esto cuesta hacerlo a diario, fijad un día a la semana en el que hagáis la “tertulia de palomitas o frutos secos” después de cenar, donde os contéis anécdotas, noticias sobre deporte, estudios, amigos, salidas o vacaciones en proyecto...

Elige una pedagogía PROACTIVA

11. La responsabilidad nace de la autonomía. Tu hijo aprende a ser responsable cuando asume retos y sabe que puede equivocarse, empezando por las pequeñas tareas cotidianas: preparar la ropa del día siguiente, apagar las luces, bañarse solo, cuidar un animal, comprar el pan...

12. No sobreprotejas a tu hijo. No le saques las castañas del fuego: cuando se equivoque, cuando se olvide de algo, cuando no le da tiempo de hacer los deberes... Deja que asuma sus responsabilidades.

13. Potencia que corran riesgos, en lugar de tomar el camino seguro. Así aprenderá a ser creativos y a pensar de forma divergente. Así aprenderán que el riesgo es para inventar soluciones inusuales para problemas o retos vitales. No les fascinará el riesgo como autodestrucción, porque habrá aprendido a gestionarlo. Dile que los fallos son normales. Anímales a cruzar la piscina bajo el agua en lugar de repetir “¡Ten cuidado! Que es peligroso”.

14. No juzgues a tu hijo. Quiérelo tal como es, por él mismo, no en función de cómo cumple lo que esperas de él. Acepta sus valores y sus necesidades, después puedes educar en valores, pero no desde la clave culpabilizadora, atributiva y victimista de la tan traída “crisis de valores”. Para educar hay que adaptarse al cambio.

15. Se aprende haciendo. Nadie aprendió a andar en bicicleta mirando a los demás, ni aprendió a bailar escuchando clases magistrales. Si ellos mejorar sus habilidades entonces elevarán el concepto de sí mismos y mejorarán los vínculos con los demás. Que tomen sus decisiones. 


El Teléfono de la Esperanza, consciente de las dificultades que entraña educar a los hijos en la sociedad actual, viene realizando desde hace algunos años un Programa denominado "Educadores, hoy", dirigido a Padres y Educadores, en general, para facilitarles herramientas útiles y recursos sencillos que les ayuden en esta ingente tarea. Del 10 al 12 de Enero de 2014 celebraremos el próximo Curso de "Padres y Educadores", en nuestra sede de Valencia. Todos los interesados en inscribirse pueden hacerlo ya, pues las plazas son limitadas y suele haber una notable asistencia. Porque recuerda:


Ningún éxito que puedas conseguir en tu vida, te podrá compensar de los fracasos o problemas que puedas tener en tu familia..



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