Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene un gran y valioso aliado.
Todo eso es… Saber Vivir
Charles Chaplin
Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia, y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… Autenticidad
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a aceptar todo lo que acontece y que contribuye a mi crecimiento.
Hoy eso se llama… Madurez
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas, situaciones y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.
Hoy se llama… Amor Propio
Hoy se llama… Amor Propio
Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero, y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez
Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón, y así erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es… Humildad
Hoy descubrí que eso es… Humildad
Cuando me amé de verdad, desistí de quedarme reviviendo el pasado, y preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece.
Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud
Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene un gran y valioso aliado.
Todo eso es… Saber Vivir
Charles Chaplin
Tus fuerzas son mayores que tus dudas y tu labor consiste en
experimentar para estar al corriente de lo difícil que es sostenerse sin comprender
la importancia de estos valores.
No te engañes porque ya no te hace falta tener lo mejor y lo más último del
mercado, hacer el viaje más caro, tener un éxito rotundo o conseguir el cuerpo
ideal a golpe de bisturí.
John
Lennon dijo una vez que “la vida es eso que pasa mientras
estamos haciendo otros planes”, como si no hubiese límite de
tiempo, cuando en realidad el tiempo es lo más finito que hay
y siempre llegará a su fin.
Nos levantamos cada día como si tuviésemos la eternidad para comprender en
qué consiste realizarnos y dar un paso más allá de nuestras metas. Se nos olvida
que la fugacidad de la arena al pasar al otro lado del reloj es nuestra opción
de pasarnos al otro bando y seguir escalando la montaña. También se nos olvida
que de momento es la única vida que tenemos la certeza de poder
compartir.
Puedes pararte a pensar en que quizás algo se te está escapando y
puedes reflexionar sobre cuáles son los valores que todavía no has
comprendido, si te importa tanto hacer lo que la sociedad entiende por lo más
grande o lo que para ti tiene importancia. No es que sea incompatible, es que lo
primordial es lo que tú sientas.
Vivimos en un mundo que no nos permite percatarnos de que, día tras
día, el sol se acuesta muy temprano. Estamos tan ocupados soñando y
programando el futuro, que dedicamos el
tiempo presente
a empaquetar esos sueños que pensamos cumplir algún día y los mandamos a un
destino en el que quizás nunca estaremos.
Postergamos nuestra vida a un tiempo mejor en el que tengamos más horas en el
día o hayamos conseguido cumplir nuestros objetivos. Y, con esto, nos olvidamos
de que nuestro reloj no conoce el mundo más allá de las 24 horas que
sabe marcar y que la opción de pelearnos con nuestros sueños es la que
nos otorga el día de hoy.
Se nos ha olvidado que vivir es comprender que el tiempo pasa sin rodeos y
que nos da la opción de apreciar las pequeñas cosas que nos ofrece
amarnos de verdad. Precisamente vivir consiste en esto, en saber
reconocer y apreciar los caminos que nos dan pistas para comprender que nuestra
media naranja está dentro de nosotros y que no tiene mucho sentido buscar fuera
lo más importante que nos brinda la vida.
Así es que, mientras te dispones a desorganizar tu mundo para que todo esto
ocurra, no te olvides de tener muy presente que “la felicidad humana
generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas
veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días“. Benjamin
Franklin
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