jueves, 7 de mayo de 2015

Los Acúfenos, ese compañero ruidoso

Cada vez que nombro la palabra “acúfenos” en alguna situación fuera de mi trabajo, siempre hay alguien que pregunta “¿eso qué es?”.

Me sorprende que algo que padecen tantas personas sea tan poco conocido a nivel social. No es de extrañar partiendo de esto que las personas afectadas encuentren a menudo una gran falta de empatía su entorno. Los problemas derivados de los acúfenos a menudo resultan difíciles de comprender por las personas que nunca los han sufrido. Y los afectados pueden llegar a encontrarse con una falta de comprensión y empatía que suele darse en tres ambientes:


Ambiente familiar: Las personas más cercanas y las que más nos conocen
pueden no llegar a entender los cambios en el carácter y a nivel conductual (como la necesidad de estar solos) que en un momento dado nos pueden ocasionar los acúfenos.

Ambiente laboral: En el trabajo se puede mal interpretar la dificultad que el acúfeno nos supone a la hora de centrarnos y realizar nuestras tareas.

Ambiente clínico: A menudo los profesionales de la medicina no solamente nos dan una escasa información sobre nuestro problema, sino que además suele venir acompañado de un consejo médico negativo diciendo a la persona que su problema no tiene solución y sumiéndola de esta manera en la desesperanza y en la indefensión.

Hoy pretendemos dar a conocer y poder entender un poquito más a este extraño compañero de vida que es para muchas personas “el acúfeno”. 

¿Qué es un acúfeno?

El acúfeno es una actividad neural anormal. Una sobrerrepresentación en nuestra corteza auditiva de las zonas limítrofes a la lesión coclear, producida a consecuencia de la falta de señal en la cóclea y gracias a la plasticidad cerebral.

¿Cómo es un acúfeno?

El acúfeno es una señal sonora débil, de escasa intensidad o volumen, suele ir de 1 a 15 decibelios. Aunque se puede llegar a percibir con mucha intensidad. Son varios los factores que incrementan la percepción del acúfeno, por eso es tan importante la información y el apoyo social.

Factores que incrementan la percepción del acúfeno:

Ansiedad, depresión, bruxismo, patología en la ATM (articulación
temporomandibular), patologías cervicales, puntos gatillo (dolor miofascial), alcohol, estimulantes del SNC, consejo médico negativo, etc.

¿Cómo se origina un acúfeno? (Génesis)

La teoría fisiopatológica del acúfeno nos dice que éste puede sobrevenir por diversos tipos de problemas:

- Problemas cocleares (hipoacúsia).

- Problemas laberinticos (síndrome de meniere).

- Problemas en el nervio auditivo (sobrecarga).

- Problemas en el Sistema Nervioso Central (ictus, tumores).

- Problemas emocionales (ansiedad, depresión, TOC).

Pero lo importante es saber que sea cual sea su origen al final siempre termina convirtiéndose en un problema del SNC.

Ejemplo: Un ejemplo para poder comprender mejor la naturaleza del acúfeno es el
síndrome del miembro fantasma. Es la percepción de un miembro amputado como si todavía estuviese conectado al cuerpo, pudiendo sentir sensaciones de frio, calor, hormigueo, dolor,...

¿Hay tratamiento?

Sí lo hay. Se trata de un tratamiento de habituación cuyo objetivo es conseguir que la persona llegue a habituarse de tal manera al acúfeno, que deje de percibirlo completamente o al menos que su percepción disminuya tanto que deje de suponer un problema o una merma en su calidad de vida.

En primer lugar es necesario haber visitado a los médicos especialistas con el fin de descartar cualquier enfermedad, lesión o trastorno que de no ser diagnosticado a tiempo nos pueda suponer un problema de salud.

Descartado cualquier problema fisiológico es importante la evaluación del estado de ánimo de la persona. Dicha evaluación se lleva a cabo a través de una entrevista personal y unas pruebas psicométricas (test psicológicos).

Es habitual que la persona afectada de acúfenos se muestre nerviosa, irritable, apática, triste, etc. Pero es importante evaluar si estas emociones son reactivas al problema, en cuyo caso entran dentro de la normalidad o por el contrario ya han alcanzado el grado de patológicas, desarrollándose así un trastorno de ansiedad o de depresión. No hay que confundir nerviosismo con ansiedad o tristeza con depresión.

Se trabaja con diversas técnicas, teniendo en cuenta las características de personalidad del afectado, ajustando así el tratamiento para obtener los mejores resultados, entre ellas neurofeedback. 

La técnica del neurofeedback para los acúfenos es muy sencilla, por una parte se reduce el arousal general y por otra se reduce la activación indebida de la corteza auditiva, consiguiendo excelentes resultado consistentes en el tiempo.

Autora: Isabel Mª Ruiz, Neuropsicóloga www.neurofeedbackvalencia.es














No hay comentarios:

Publicar un comentario