- ASPECTOS GENERALES DEL ENAMORAMIENTO:
Al enamorarnos idealizamos al ser amado, focalizamos la atención casi exclusivamente en esa persona disminuyendo la probabilidad de fijarnos en otra. Pasamos la mayor parte del tiempo acordándonos de ella “pensamientos intrusivos” similares a los que se producen en el trastorno obsesivo compulsivo. A nivel neuronal, estar enamorado/a provoca cambios químicos que tienen como resultado un aumento de la dopamina, como sucede durante el consumo de drogas o en los procesos adictivos. Siendo a su vez, responsable de la euforia que sentimos al estar enamorados, de la disminución de las horas de sueño y del apetito. Aumentan, también, los niveles de oxitocina que es, entre otras funciones, la hormona encargada de instaurar el vínculo emocional y los sentimientos románticos.
Es la primera fase amor del romántico, una fase cuasi universal (según los estudios realizados), predominan 2 tipos de sentimientos: eróticos y románticos. La atracción es un requisito fundamental para que exista el enamoramiento. Amar es la fuente de la que emanan las más poderosas y agradables pasiones y además es el motor (uno de los motivadores más potentes) de intensas conductas.
Cualidades que debe tener el otro-a para enamorarnos y factores externos:
-Atractivo físico: nos suelen atraer las personas con un atractivo físico similar al nuestro.
-Atributos personales: la bibliografía los asocia a estereotipos de masculinidad/feminidad predominantes en una sociedad dada, no obstante, este punto es bastante subjetivo e ideosincrásico.
-Proximidad: se refiere a lo cercano que nos encontremos a la otra persona tanto física, como psicológicamente.
-Similitud: nos sentimos más cercanos de aquellos con los que compartimos actitudes, valores y creencias.
A pesar de lo anteriormente expuesto, una relación no es algo estático. Tanto la calidad como la duración dependen de la conducta de ambos. El factor que determina que ese enamoramiento perdure en el tiempo, se intensifique y/o desaparezca es la RECIPROCIDAD.
- 2 ENFOQUES DEL ENAMORAMIENTO Y DEL AMOR ROMÁNTICO
El enamoramiento y el amor romántico se han estudiado desde dos perspectivas diferentes, por un lado desde la psicología social está la Tª de Sternberg y desde la antropología y la biología tenemos los estudios de Helen Fisher.
A- Para Fisher y otros, el sentimiento de amor romántico intenso constituiría un sistema emocional asociado a circuitos distintos de actividad cerebral que se activan por estímulos específicos (persona de la que nos enamoramos).
B. Para Sternberg existen tres componentes en el amor romántico. Durante el enamoramiento (primera fase del amor romántico) prevalece la PASIÓN, para pasar a la relación de pareja propiamente dicha será necesario que se den también la INTIMIDAD y el COMPROMISO .
A. Fisher distingue cuatro tipos de sistemas mentales generales, concretados en distintas formas de pensamiento y de comportamiento. La singularidad de cada tipología viene dada por el predominio de distintos neurotransmisores: la dopamina, la serotonina, la testosterona y el estrógeno. Cada tipología, está basada en un sistema cerebral predominante. Según los vastos estudios de Fisher tanto los iguales como los polos opuestos se atraen. Ciertos sistemas mentales prefieren a sus semejantes, mientras que otros, se ven irremisiblemente atraídos por sus opuestos.
Veamos las características de los distintos patrones mentales, asociados a la supremacía de un neurotransmisor (dopamina, serotonina, testosterona y progesterona) y a los que Fisher identifica con los nombres de explorador, constructor, director y negociador.
1.- El explorador (dopamina): le encanta asumir riesgos, es curioso, tiene múltiples intereses, es entusiasta y optimista, le gusta explorar física y mentalmente, puede ganar mucho dinero y perder mucho dinero, es independiente, impulsivo, espontáneo, mentalmente abierto y flexible, creativo; puede aburrirse fácilmente, ser temerario, irreflexivo, imprudente, e impredecible. Algunas de las palabras que más utiliza en su vocabulario habitual son: aventura, espontáneo, energía, salir, nuevo, diversión, viajar, pasión.
2.- El constructor (serotonina): sigue las reglas y las normas sociales, disfruta con la familiaridad, es persistente, ordenado, prudente pero no miedoso, le gusta dirigir y planificar; su pensamiento se orienta al detalle, es concreto, literal y preciso; le importa la pertenencia social o grupal, es responsable y dependiente; tiende a ser mentalmente rígido, controlador, terco y moralista. En su vocabulario abundan las palabras como: lealtad, honestidad, respeto, cariño, cuidado, familia, valor, confianza, modestia.
3.- El director (testosterona): es analítico, lógico, osado, escéptico, competitivo; le gusta la exactitud de la matemática y la ingeniería, la música, los inventos; es auto-disciplinado, ambicioso, emocionalmente contenido; muy habilidoso para el diseño de estrategias, pensamiento orientado al detalle; puede ser impaciente, exigente, distante, bastante incapaz de percibir los sentimientos ajenos. Utiliza palabras como: inteligencia, ordenador, debate,
reto, motivado, real.
4.- El negociador (estrógeno): mentalmente flexible, pensamiento contextual, imaginativo, tolera la ambigüedad; introspectivo, interesado en comprenderse a sí mismo y a los demás; empático, compasivo; buen lector, habilidoso en la comunicación verbal y no verbal, intuitivo, confiado, emocionalmente expresivo, dotado de inteligencia diplomática; puede ser indeciso, disperso, salomónico, reflexivo, hipersensible, ingenuo. En su vocabulario abundan las palabras como: sensibilidad, amable, dulce, leer, aprender, corazón, fortuito.
El explorador busca un explorador y el constructor busca un constructor. Sin embargo, el director busca a un negociador y el negociador busca un director. Por lo tanto, algunos iguales se atraen entre sí (para explorar o construir juntos). Los exploradores buscan crecer con personas tan curiosas, creativas y enérgicas como ellas. Los constructores buscan personas tan convencionales, respetuosas con las normas y leales como ellas. Y algunos opuestos se atraen entre sí para complementarse: un director busca un negociador, y un negociador busca un director.
Puedes realizar el test del estudio de Fisher, si lo deseas, a través del siguiente enlace: http://www.helloquizzy.com/tests/helen-fisher-personality-type-test/
B. La teoría triangular del amor del psicólogo Robert Sternberg el amor en una relación se da según tres componentes diferentes: intimidad, pasión y compromiso:
1 La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo, la conexión y principalmente la
autorrevelación. Implica el deseo de dar, recibir y compartir.
2 La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades, gran deseo sexual acompañado de excitación psicológica.
3 La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor. Este componente implica mantener la relación en los buenos y en los malos momentos.
Las diferentes etapas o tipos de amor pueden ser explicados con diferentes combinaciones de estos elementos. Según Sternberg una relación basada en un solo elemento no perdurará.
DINÁMICA DEL ENAMORAMIENTO
Desde la teoría de la motivación del proceso oponente de Solomon y Corbit (1974), se pone de manifiesto la relación existente entre el estímulo, la reacción emocional que desencadena éste, la repetición del mismo y el tiempo de exposición. Efecto que tiene sobre la reacción emocional la presentación repetida del estímulo que lo provoca. El estímulo sería la persona de quién nos enamoramos, la respuesta emocional ante la persona amada es muy intensa al principio. Con la repetición del estímulo, al principio, aumenta la intensidad emocional pero una exposición prolongada en el tiempo da como resultado una disminución en la intensidad o pasión que evocaba el mismo estímulo en su inicio. Ahora bien, cuando el estímulo desaparece el resultado es una respuesta afectiva contraria a la inicial. Es decir, si el ser amado se marcha lejos (por ejemplo) aparecen los sentimientos de tristeza, angustia...
bastante extremos, aunque ya no se den los intensos positivos con la presencia del estímulo.
Nos hicieron creer que el “gran amor” sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no llega en el momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de contemplar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”: dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tenía nombre “anulación”. Que solo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que los guapos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que casarnos es obligatorio y que los deseos deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto.
Cada uno lo va a tener que descubrir solito. Y ahí, cuando estés muy “enamorado de ti mismo, vas a poder ser más feliz y te vas a enamorar de alguien”. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia, se practica a plena luz del día.
John Lennon.
Quién no amó nunca, no ha vivido jamás.
Gay John
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
-Solomon, R. L y Corbit, J.D.(1974): An opponent-process theory of motivation: I. The temporal dynamics of affect. Psychological Rewiew, 81, 119-145.
-Sternberg, R.J. (1997): Construct validation of triangular love scale. European Journal of Social Psychology, 27, 313-335.
Autora: Lorena Balderas. Psicóloga y Criminóloga.