domingo, 5 de octubre de 2014

APRENDER A VIVIR CON UNA ENFERMEDAD CRÓNICA

Los padecimientos crónicos, como hipertensión, diabetes, alergia o trastornos articulares son aquellos que acompañan de por vida al paciente y le obligan a cambiar su estilo de vida, por lo que causan fuerte sensación de pérdida de libertad; sin embargo, las dificultades pueden superarse si se acepta el problema y hay buena voluntad. 


Cuando se recibe el diagnóstico de cierta enfermedad incurable, es como si el apacible cuadro de la vida se rompiera en pedazos y éstos se esparcieran sin esperanza alguna; el afectado se paraliza en un entumecedor estado de shock, ira y miedo, apareciendo entonces la dolorosa y terrible idea de que la existencia se ha perdido ante la presencia de algún trastorno crónico-degenerativo (progresivo y de larga duración), como asma severo, Parkinson (caracterizado por pérdida del control de movimientos), diabetes, enfermedades del corazón, cáncer y artritis, entre otros.



Aunque la detección de este tipo de males es necesaria, representa duro golpe que obliga a reestructurar la vida, es decir, al quedar atrapado en las restricciones impuestas por la enfermedad se puede sentir que no hay nada por hacer, pero en realidad es todo lo contrario. Así, el primer paso para pasar de "víctima" a "sobreviviente" es permitirse a uno mismo experimentar el dolor y llorar por lo ocurrido, al mismo tiempo que se definen estrategias para hacer posible ajustarse a los cambios, pues es necesario superar los nuevos desafíos que se enfrentarán.


Asimismo, es conveniente buscar ayuda y apoyo en los familiares, pues quizás el paciente se encuentre en una situación que le obligue a depender de otros para satisfacer diversas necesidades. Ante tal panorama, hay quienes se tornan pasivos y siguen todo tipo de instrucciones médicas, en tanto otros se vuelven malhumorados, rehúsan a seguir los consejos del especialista y se niegan a abandonar hábitos malsanos, como tener deficiente alimentación, y consumir tabaco y alcohol. El término medio positivo consiste, más bien, en tomar la responsabilidad de uno mismo, cuidándose, creando entorno agradable, rodeándose de cosas que le recuerden la belleza de la vida (flores frescas, alguna mascota y gente optimista), que le levanten el ánimo y lo diviertan.

Ahora bien, aunque el paciente se vea forzado a confiar menos en su energía física debido a las limitaciones que pudiera provocarle la enfermedad, es posible que mejore internamente, concentrándose en su bienestar mental y emocional, lo que puede permitirle impactar en forma positiva en su mundo personal al ofrecer mayor energía y alimento a su espíritu.

Usted no es lo que padece 


Como paciente, es importante tener presente que sufrir una enfermedad crónica no significa que su vida se ha congelado; de hecho, muchas personas han demostrado que pueden seguir adelante, incluso, ayudando a sus semejantes, ya que el servicio o acción social también son ruta para abandonar el "papel de víctima". Así, cuando se comienza a actuar a favor de alguna causa es posible lograr que la vida de los demás sea diferente y afirmar la propia. 


Igualmente esencial es recurrir a otros individuos en la misma situación, en cuyo caso conviene acudir a reuniones con grupos de apoyo dedicados a ofrecer ayuda emocional en entorno adecuado, junto con la posibilidad de intercambiar ideas e información sobre la enfermedad que comparten, lo que facilita conocerla y aceptarla de mejor manera. Desde luego, debe consultarse al médico antes de intentar algún cambio o modificación al tratamiento. 

Por otra parte, conviene maximizar los pequeños éxitos (actitud que, por cierto, es parte del arte de vivir de cualquier persona, n o sólo para los que tienen que hacer frente a desafíos físicos); por ejemplo, cada día o semana puede festejar que tiene vida y suficiente ánimo y coraje para hacerle frente a cada etapa de la enfermedad. 

¿Por qué debe buscar apoyo? 

Con frecuencia el aspecto emocional de la enfermedad es tan difícil de controlar como el físico, por lo que es normal tener temores y preocupaciones, así como sentirse agobiado por el padecimiento. Hombres y mujeres tienen distintas maneras de manejar estos sentimientos, pero recuerde que la actitud frente a tal condición, sus expectativas, y qué tan bien pueda enfrentar dicha circunstancia son factores que juegan importante papel para que el tratamiento tenga éxito. 

A continuación se indican algunos recursos que conviene considerar para obtener apoyo, si bien deberán aplicarse dependiendo de cada situación: 

Acérquese a familiares y amigos. Generalmente, contar con lazos estrechos y de apoyo con amistades y parientes s uele tener impacto positivo sobre la salud; incluso, las personas más cercanas a usted son las que con mayor probabilidad le brindarán la ayuda que necesita, así que no se aleje de ellos ni se encierre en casa. 

Converse con un consejero o psicólogo. Se trata de especialistas que pueden orientarle sobre cómo enfrentar la tristeza, depresión y sentimientos agobiantes. Si lo considera apropiado a su caso, pídale al médico que le recomiende alguno. 

Únase a un grupo de apoyo. La investigación sobre el cuidado médico ha demostrado que estas agrupaciones están conformadas por pacientes con la misma condición o enfermedad, y suelen reunirse periódicamente para hablar del trastorno que sufren, aclarar o plantear dudas y temores, así como auxiliar a individuos recién diagnosticados a enfrentar su situación de la mejor forma posible. 

Al respecto, otra opción que tiene el paciente a su alcance son los grupos de apoyo "en línea" (vía Internet), gracias a que actualme nte muchos sitios ofrecen foros y "salas de conversación" para gente con diferentes afecciones, por lo que pueden ser útiles para contactar individuos cuyas preocupaciones sean similares a las suyas. Pero tenga cuidado, ya que no todos los tratamientos o descubrimientos que ahí suelen mencionarse han sido científicamente probados en cuanto a seguridad y eficacia, así que si lee algo novedoso e interesante, platíquelo con su médico. 

Si usted o algún familiar enfrentan la situación expuesta, recuerde que hay diversas alternativas destinadas a mejorar la calidad de vida del afectado y que, ante todo, la actitud personal cuenta mucho en el bienestar que se experimenta cada día. 

El Teléfono de la Esperanza de Valencia pone a disposición de todas las personas interesadas y con estas dolencias crónicas un Taller específico para ayudarles a "Aprender a Vivir con la enfermedad". Dará comienzo a partir del 21 de Octubre y será impartido por profesionales de la Sanidad especializados. Para más información y acceder a la Ficha de inscripción lo puedes hacer a través del enlace que figura a continuación.


Fuente: http://www.alfa1.org/temas_interes_sicologia_vivir_con_enf_cronica.htm

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