A veces vivimos insatisfechos porque quisiéramos que el mundo fuera más razonable; vivimos insatisfechos porque no podemos borrar del diccionario la palabra agresión; vivimos insatisfechos porque nos gustaría que todos comiéramos al menos una vez al día; vivimos insatisfechos porque la injusticia forma parte de las noticias diarias que escuchamos; vivimos insatisfechos porque cuando nos paramos a contemplar una montaña no podemos entender ni poseer tanta belleza; vivimos insatisfechos porque nos damos cuenta de nuestras propias limitaciones; vivimos insatisfechos porque le exigimos demasiada intensidad a nuestros pequeños placeres; vivimos insatisfechos porque a veces nos tenemos que tragar palabras que querrían salir de la boca.
Pero después de enfadarnos muchas veces con todas nuestras insatisfacciones, podemos hacer una cosa, recogerlas y ponerlas todas juntas a nuestro lado. Nos mirarán nos sonreirán burlonamente y nosotros intentaremos sonreirles también a ellas. Entonces les podemos ir presentando una a una a todas nuestras satisfacciones diarias, tal vez pequeñas, pero importantes, y acabaremos por entender que todas van en el mismo lote. Y tal vez en ese momento, como si de una revelación mágica se tratase, comencemos a no pedirle a la vida más de lo que puede darnos. Será entonces, cuando dejemos de ser pedigüeños de la vida, cuando comencemos a vivirla realmente. Pues la vida sólo nos pide una cosa a cada uno de nosotros: que la VIVAMOS, cada uno la nuestra. Y a partir de ese momento, sin darnos cuenta, sin proponérnoslo casi, sin esperarlo, comenzaremos a CELEBRAR LA VIDA. ¿Te vienes a celebrarla con nosotros?
Puedes hacerlo ahí, desde tú casa,estés dónde estés. Para ayudarte a hacerlo te regalamos esta alegre y bonita canción. Escúchala, bailala por dentro y... ¡¡¡CELEBRA LA VIDA!!!
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