En
el discurso final de la novela 'El
manantial', de Ayn
Rand, luego llevada al cine, el protagonista, Howard
Roark, pronuncia estas palabras para defenderse ante el tribunal que le
juzga:
"El
hombre no puede sobrevivir si no es a través de su mente, llega al mundo
desarmado, su cerebro es su única arma. Pero la mente es un atributo del
individuo, es inconcebible que exista un cerebro colectivo. El hombre que piensa
debe pensar y actuar por sí sólo, la mente razonadora no puede funcionar bajo
ninguna forma de coacción, no puede estar subordinada a las necesidades,
opiniones, o deseos de los demás, no puede ser objeto de sacrificio. El creador
se mantiene firme a sus convicciones. El parásito sigue las opiniones de los
demás. El creador piensa, el parásito copia. El creador produce, el parásito
saquea. El interés del creador es la conquista de la naturaleza, el interés del
parásito es la conquista del hombre. El creador requiere independencia, ni sirve
ni gobierna, trata a los hombres con intercambio libre y elección voluntaria. El
parásito busca poder, desea atar a todos los hombres para que actúen juntos y se
esclavicen. El parásito afirma que el hombre es sólo una herramienta para ser
utilizada, que ha de pensar como sus semejantes y actuar como ellos, y vivir la
servidumbre de la necesidad colectiva prescindiendo de la suya. Fíjense en la
historia. Todo lo que tenemos, todos los grandes logros han surgido del trabajo
independiente de mentes independientes. Y todos los horrores y destrucciones, de
los intentos de obligar a la humanidad a convertirse en robots sin cerebros y
sin almas, sin derechos personales, sin ambición personal, sin voluntad,
esperanza o dignidad. Es un conflicto antiguo, tiene otro nombre, lo individual
contra lo colectivo".
Aunque
los conceptos y tesis de Ayn Rand han recibido muchas alabanzas y críticas,
aunque ha tenido partidarios y detractores, reconozco que muchas personas
estarían dispuestas a suscribir el fragmento que he escogido. Su vida fue
llevada al cine, y la protagonizó Helen
Mirren ('La pasión de Ayn Rand').
En
1971, Serafín
Madrid ideó el Teléfono
de la Esperanza en la ciudad de San Juan de Dios, en Alcalá
de Guadaira (Sevilla). Él ya contaba con personal especializado en
instituciones de rehabilitación. Su originalidad consistió en integrar también a
un grupo amplio de especialistas en Psicología, Trabajo Social, Psiquiatría,
Psicopedagogía y Psicoterapia, algo totalmente novedoso e incluso controvertido
en aquellos tiempos (recordemos lo que dice Howard Roark en su discurso). Es
decir, que además de las funciones de rehabilitación física y de enseñanza
escolar y profesional, desarrolló todo un sistema de psicoterapia individual,
terapia de grupo, tratamiento familiar y contacto con el medio social con un
enfoque distinto del seguido en aquella época por otras instituciones
asistenciales.
El
Teléfono de la Esperanza ha cumplido 42 años hace una semana y un amigo me
invitó a visitar la sede de Madrid.
Me invitó porque sabe que las personas que me interesan reúnen las siguientes
notas: a)
son buenas; b) tienen energía; c) son creativas y d) son auténticas.Y
al revés, las personas que me disgustan muestran maldad, irradian malos rollos,
no tienen una sola idea original y son hipócritas.
Me
entrevisté con los responsables y visité las instalaciones. Y me convencí de que
es una de las ONGs más
sólidas que conozco. Todo el mundo habla de los comedores de Cáritas,
y a mí me parece muy bien, y por supuesto apoyo a Cáritas. Sin embargo, creo que
demasiada publicidad puede llegar a ser dañina, pues algunos pueden equiparar
Religión con Filantropía. Y sobre esto habría mucho que hablar. Lo ideal es
conseguir un nivel adecuado de publicidad. A mi entender, lo que en estos
momentos necesita el Teléfono de la Esperanza es darse más a conocer, pero no
convertir a esta ONG en una moda, porque entonces se vería sobrecargada de
información. Y cuando una organización padece una sobrecarga, sus responsables
acaban perdiendo el sentido de la realidad.
Para
estudiar el Teléfono de la Esperanza, hemos de emplear lo que Gustavo
Bueno denomina metodologías
alfa-operatorias, es decir, las que acaban prescindiendo del sujeto
individual, logrando estadísticas; y las metodologías
beta-operatorias, que consideran imprescindible al sujeto humano.
¿Por
dónde empezamos? Pues si antes he subrayado la importancia de la mente
individual, vamos a ver cómo trabaja el Teléfono de la Esperanza para llevar a
cabo la idea creativa que tuvo Serafín Madrid.
En
primer lugar, quienes acuden al Teléfono de la Esperanza se encuentran pasándolo
entre mal y muy mal. Y quienes les ayudan se centran en intervenir para
solucionar crisis. Es fácil comprender lo que decía Eric
Berne cuando estaba poniendo los fundamentos del Análisis
Transaccional: la noción de 'mensaje preciso' o 'mensaje que ha sido
formado' es inconcebible psicológicamente hablando en la comunicación
interpersonal; en contraste con el concepto matemático de 'información', el
conjunto de información psicológica aumenta más que desciende cuando el 'ruido'
(intrínseco) crece en 'intensidad'.
Por
tanto, los que trabajan en el Teléfono se encuentran diariamente con historias
que darían argumentos para muchas películas. Es un trabajo vocacional escuchar
tanto ruido y convertir ese ruido en información que quien llama pueda atender.
Sólo así nos explicamos que el Teléfono esté funcionando 24
horas al día durante 365 días en muchas provincias españolas. Y después
de identificar la problemática de cada persona, la orientan telefónicamente
para, después, seguir orientándola en una entrevista y, finalmente, logrando que
participe en Talleres que
le ayudan a superar una separación afectiva, a aprender a vivir con una
enfermedad, a elaborar un duelo y otras problemáticas.
En
segundo lugar, el Teléfono de la Esperanza promueve la salud emocional de los
individuos, de las familias y la psico-social. Aquí es donde los responsables y
voluntarios se multiplican para impartir cursos-guante, es decir, apropiados
para cada persona. Desde luego, sorprende la formación que el Teléfono ofrece
para especializar a su personal.
Bien,
pero ¿qué garantías ofrece el Teléfono para que quien llama esté seguro de que
la persona que recibe la llamada está preparada para lidiar con todo tipo de
problemas? Encontramos la respuesta en una gran zona de actividad: Enseñando
a Ayudar. Y también aquí nos encontramos con Cursos y Seminarios para
especializar a a quienes intervienen en crisis, para formar al voluntariado y
para Coordinadores.
Además, Cursos y Seminarios de lo más variado. He deducido que toda esa
formación surge de un gran conocimiento de la realidad. Y es que conocer la
realidad es el primer paso para cambiarla. Quien niega la realidad, o la odia,
se encuentra con que muy pronto la realidad se vuelve contra él mismo.
Finalmente,
los responsables del Teléfono de la Esperanza se dedican a irradiar sus
hallazgos y sus remedios en el ámbito internacional. Lo que más me convence de
este gran área de actividad es que empezaron a actuar en los años noventa,
cuando ya contaban con veinte años de experiencia. Cuanto más alto es un
edificio que una empresa constructora se compromete a levantar, tanto más
profundos tienen que ser sus cimientos. Aquí encuentro yo que hay una gran
diferencia entre el Teléfono de la Esperanza y no pocas ONGs que operan en el
mundo. El Teléfono se ha instalado en 10 países de Hispanoamérica y
en Suiza,
Portugal, Reino Unido y Francia, para atender a la población de habla
hispana o portuguesa.
Y
es que el montaje de un Teléfono de la Esperanza no es sencillo. Lleva mucho
trabajo y no puede dejar espacio libre a la improvisación porque, si así fuera,
existiría el riesgo de poner las cosas peor para quien llama exponiendo su
crisis.
Antes me he referido a las metodologías alfa-operatorias. La gran ventaja que ofrecen
las publicaciones del Teléfono es que nos entregan estadísticas fiables y que
impresionan cuando comprobamos la razón que llevaba Peter
Drucker, el 'Papa
del Management': "El secreto de las organizaciones eficientes consiste
en que personas normales consigan cosas extraordinarias".
Sólo
tienen 40 personas contratadas y 1.954 voluntarios en toda España. En sólo 2012,
atrajeron nada menos que a 10.403 personas a sus Cursos. Atendieron 129.619
llamadas. Y celebraron 23.083 entrevistas en sus sedes. En la página que
reproduzco, es posible ver el trabajo que realizan en los medios de
comunicación.
No
es extraño que hayan conseguido 7.234 donantes. Las ONGs más perdurables son las
que ofrecen resultados y transparencia. Como el Teléfono de la Esperanza.
Autor: Felicísimo Valbuena, Consultor y Periodista.
Valbuena, F. (2013). El teléfono de la esperanza, un descubrimiento extraordinario. Artículo
extraído el 9 de Octubre de 2013 de http://www.lavozlibre.com/noticias/blog_opiniones/15/818282/el-telefono-de-la-esperanza-un-descubrimiento-extraordinario/1
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