Existe una delgada línea entre conocerse e idealizarse.
Conocerse, implica reconocer nuestros aspectos positivos y aceptar nuestros aspectos negativos. En ocasiones, intentamos agradar a otras personas y olvidamos agradarnos a nosotros mismos. Nos rendimos a las exigencias de los demás, a su aprobación, a sus expectativas, limitando la importancia de nuestras decisiones, sentimientos, comportamientos... Nos dejamos embaucar por argumentos ideales de éxito, basados en el paradigma capitalista. Nos autoimponemos metas poco razonables. Dejamos que otros nos digan como deberíamos sentir, pensar... En definitiva, nos exponemos a las exigencias de terceras personas haciéndolas nuestras. Nos asusta hacer el ridículo, pasar vergüenza. Si no sabes reírte de ti mismo, eres vulnerable a la opinión subjetiva de los demás. Lo importante es que te entiendas tú, que superes tus miedos exponiéndote a ellos. Que seas tú quien entienda sus propias decisiones, puesto que serás tú el que viva con las consecuencias. Sin obviar que cuando no queremos hacer algo, por miedo, cualquier excusa es buena.
Recuerdo un caso de una mujer a la que le daba pánico hablar en público, porque decía que se bloqueaba, titubeaba, le temblaba la voz... que era tan evidente, que los asistentes a sus conferencias se daban cuenta y no podía soportar la vergüenza. Si te sucede algo parecido, puedes comenzar la exposición diciendo: “estoy algo nerviosa, me siento una estrella de Hollywood”, coger un boli o similar en una mano e intentar repetir la última palabra de cada frase que digas. La idea es equivocarte a propósito. Somos seres muy complejos, paradójicamente ésta técnica en dicha circunstancia, funciona.
En lugar de preguntarte: ¿Qué pasaría si...?, Hazlo, inténtalo. Es importante comprobar las hipótesis, pero tan o más importante es refutarlas. Una persona confiable, no es tanto aquella que no cambia de opinión, sino aquella que es capaz de modular sus creencias a las variables en continuo cambio. Habitualmente, tenemos parte de responsabilidad en las cosas que nos suceden, ese porcentaje es variable, tenemos la capacidad de ser agentes de nuestra vida. Eres más que la suma de los roles que desempeñas. Potencialmente, nuestra capacidad de dar y recibir amor es ilimitada.
Aprender y desarrollar nuestras potencialidades, es una fuente de alegría. Las circunstancias cambian, los problemas también. Es importante agradecer aquello por lo que nos sentimos privilegiados.
¿En que basas tu autoestima? te recomiendo hacer una lista con tus cualidades o fortalezas y otra con tus debilidades, defectos o aspectos de mejora.
Siendo seres imperfectos, somos extraordinarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario