lunes, 5 de agosto de 2013

Cuando confundimos AMOR con DEPENDENCIA.

"Entregarse afectivamente no implica desaparecer en el otro, sino integrarse respetuosamente. En amor sano es una suma de dos, en la cual nadie pierde".
W.Riso.


La dependencia emocional es un problema muy común pero bastante desconocido todavía. Actualmente, no tiene una ubicación clara cómo trastorno en los manuales utilizados por los profesionales de la salud mental (DSM-IV o el CIE-10), ya que no queda claro su encuadre entre: el trastorno de personalidad dependiente o el trastorno adictivo.

La dependencia emocional podemos definirla como una “necesidad extrema (y/o patológica) de recibir amor y afecto", normalmente en las relaciones de pareja, de forma que su vida gira en torno a la otra persona. 


El perfil de los dependientes emocionales se suele caracterizar por una baja autoestima, autoimagen deteriorada, carácter sumiso, no concibe en su vida la soledad, sino que ansía estar al lado de alguien a quien ha idealizado, de manera que vive por y para esa persona olvidándose de vivir su propia vida.


En la otra cara de la moneda, se encuentra la pareja del dependiente emocional, cuya personalidad suele ser todo lo opuesto: una persona segura de sí misma, egocéntrica, dominante y poco afectuosa. Este tipo de personas, a su vez, encuentran su complemento perfecto en los dependientes emocionales.




Esta personalidad no es elegida al azar por la persona dependiente, sino que son características de la personalidad que les resultan atractivas y las cuales idealizan, ya que carecen de ellas. Son relaciones basadas en la sumisión, la idealización y el terror al rechazo, al abandono.

Su origen podría estar en que los dependientes emocionales suelen tener una historia de carencias afectivas importantes en su infancia por parte de la familia de origen, del entorno o de ambos. No están acostumbrados a ser queridos de verdad. 




Síntomas de la dependencia emocional:

* Baja autoestima y/o bajo concepto de autoimagen, suelen ser personas que no se quieren a sí mismas y necesitan el cariño y la aprobación constante de los demás, especialmente de su pareja.
* Necesidad de estar en pareja, no tolera la soledad.
* Amplio historial de relaciones de pareja, normalmente ininterrumpidas (sin tiempo para procesar lo sucedido y valorar la relación).
* No sabe decir “No” por complacer a la otra persona.
* Prioridad de la relación por encima de todo (familia, amigos, aficiones), y también de a sí misma.
* Deseo constante y permanente de estar en contacto con la pareja, ya sea físicamente, por móvil, Internet, WhatsApp, etc.

Si se acaba la relación, el dependiente empieza a padecer angustia, desesperación, no para de llorar, no concibe la vida sin la otra persona a su lado, quiere morirse, no para de hablar del tema. Para que el calvario de la persona dependiente desaparezca, pueden pasar dos cosas:





* Que la ex pareja se ponga en contacto para reanudar la relación o de ciertas esperanzas (a veces imaginarias) de volver con el dependiente.
* O bien aparece otra persona de perfil similar que termina con el sufrimiento empezando el círculo vicioso nuevamente. 
Realmente es como si existiera una adicción tóxica o estuvieran enamorados de la relación disfuncional y no de la persona.                                                                    

Tratamiento:

Basicamente se basa en que cada individuo entiende el devenir del mundo que le rodea generando unos esquemas o moldes (constructos) que le ayudan a entenderlo y ordenarlo, permitiéndole una anticipación de los acontecimientos. Tales esquemas pueden ser verdaderos o falsos, adaptativos o patológicos; en todo caso es interesante conocerlos cuando se trata de proporcionar ayuda a la persona, y con ello la posibilidad de cambiarlos. 
El tratamiento consiste en una aceptación del problema, reconociendo la forma inadecuada de relacionarse afectivamente con su pareja, intentando encontrar una lógica a su comportamiento y que le permitirá comprender el motivo de su conducta
Se trabajará en conseguir un aumento de la autoestima y, mediante terapia cognitivo-conductual, se reestructurará la forma patológica de relacionarse.
Es un proceso terapéutico que, en la mayoría de los casos y con una actitud pro-positiva del paciente, se obtienen resultados exitosos. 

Fuentes: 
Lucia Moreno (Psicóloga) Cuida tu salud Emocional.
Feixas, G. (Editor) (2001). La psicología de los constructos personales: Textos escogidos de George A. Kelly. Barcelona: Paidós.
http://www.terapiacognitiva.net
Amar o Depender de W. Riso

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