martes, 28 de octubre de 2014

Mejora de las Emociones Positivas en el Teléfono de la Esperanza de Valencia.

Dentro de las acciones que acometemos en el Teléfono de la Esperanza, tenemos dos grandes líneas de trabajo, una reactiva (orientación telefónica, terapias psicológicas individuales, orientación familiar y asesoramiento jurídico), y otra preventiva o proactiva, enmarcada en la promoción de la salud emocional.

Los cursos tienen una doble misión vertebradora de ambas líneas de trabajo, ya que en ocasiones sirven para prevenir; y en otras para curar.

Sabemos de las bondades de los diversos cursos y talleres que conforman las distintas acciones formativas como parte de la educación emocional encaminada a dotar a los asistentes de cuantos recursos precisen para gestionar con la mayor inteligencia sus emociones.

Son muchas las personas (muchos de nosotros también), que hemos oído, sentido y vivido cómo estos cursos nos cambian la vida, o cómo han supuesto un antes y un después, cómo han aportado una mejora considerable en nuestra forma de ver y/o afrontar la vida, o como han dado cierto sentido a nuestra existencia.

Pero…… ¿Sabríamos dimensionar o cuantificar esta mejoría?

Mejor intentemos poner ciencia en estas sensaciones...............

A fin de poder tomar medida de estos fenómenos psíquicos y convertir las sensaciones en datos contrastables, en el Teléfono de la Esperanza de Valencia se inició a principio de año un estudio que pretendía relacionar y evidenciar que, trabajar sobre la Autoestima podía mejorar el estado de ánimo de las personas, traduciéndolo en un crecimiento de las emociones positivas y una reducción de las negativas. 

Es conveniente clarificar que las emociones nos son ni buenas ni malas, y que en esta ocasión las hemos catalogado como positivas o negativas, pero solo por cómo puedan incidir sobre el estado de ánimo, las emociones son necesarias y adaptativas, y cuando quedamos atrapados por ellas, estas dejan de ser adaptativas, pudiendo tornarse patológicas.

Hemos aplicado una Escala de Valoración del Estado de Ánimo (EVEA) que se construyó como un instrumento “para poder medir estados de ánimo transitorios en los estudios que utilizan procedimientos o técnicas de inducción del estado de ánimo” (Sanz, 2001, p. 71), y que en nuestro caso era la del desarrollo y mejora de la Autoestima y las Habilidades Sociales.
Para poder hacer este estudio hemos aprovechado los diversos cursos y talleres que se imparten en el Teléfono de la Esperanza de Valencia, en los que se trabaja como competencia transversal o directa el desarrollo de la Autoestima y las Habilidades Sociales.

La EVEA consiste de 16 ítems, cada uno compuesto por una escala gráfica de tipo Likert de 11 puntos (de 0 a 10), flanqueadas por las palabras “nada” (0) y “mucho” (10), que presenta en su margen izquierdo una corta afirmación que describe un estado de ánimo. Las 16 frases tienen la misma construcción; todas empiezan con las palabras “me siento” y continúan con un adjetivo que representa un estado de ánimo (p. ej., “me siento triste”, “me siento alegre”).

La EVEA pretende evaluar cuatro estados de ánimo: tristeza-depresión, ansiedad, ira-hostilidad y alegría

Se ha aplicado a una muestra de 152 sujetos, de los cuales 116 (el 76,3%) eran mujeres, y 36 (el 23,7%) eran hombres. Estos porcentajes corresponden aproximadamente con los del reparto por sexo de las personas que demandaron ayuda en esta institución durante los últimos años. Si bien este reparto no permite generalizar a la población, si nos sirve como instrumento válido para aplicar a la población de cursillistas del TE e inferir cierta causalidad o correlación.

Gráfico 1
Los resultados que podemos ver a continuación, son muy reveladores y validarían nuestra hipótesis de partida (mejorar la autoestima, aumenta las emociones positivas y reduce las negativas), evidenciando empíricamente lo que de partida se presuponía.

En el gráfico 1 vemos el estado inicial de los partícipes al llegar al curso (PRE) y después el estado final al concluirlo (POS), mostrando los valores de puntuación directa de la escala de valoración.

Gráfico 2
Para poder ver comparativamente la evolución entre el antes y el después, en el gráfico 2 vemos porcentualmente cómo se reducen la emociones negativas, reducción de un 49% en la dimensión Tristeza-Depresión, reducción de un 46% en la dimensión Ansiedad, y reducción de un 47% en la dimensión Ira-Hostilidad, y cómo aumenta la emoción positiva, aumento de un 26% en la dimensión Alegría.




¿Las mujeres y los hombres gestionan igual sus emociones?.

Pues esta es otra sensación que muchos podemos intuir o imaginar, pero sobre la que también seria preciso poner ciencia y hacer uso de la psicometría.

Gráfico 3
Si separamos en dos grupos en función del sexo, observamos la evolución desde el inicio hasta la finalización de la actividad formativa, y vemos que las mujeres tienen un comportamiento diferente a los hombres en la gestión de sus emociones, como se puede apreciar en el gráfico 3.

En la dimensión Tristeza-Depresión, la diferencia entre mujeres (53,3%) y hombres 44,3%) es de 9 puntos, en la dimensión Ansiedad, la diferencia entre mujeres (50,1%) y hombres (36,8%) es de 13,3 puntos, en la dimensión Ira-Hostilidad, la diferencia entre mujeres (52,3%) y hombres 45,6%) es de 6,7 puntos y en la dimensión Alegría, la diferencia entre mujeres (28,8%) y hombres 20,4%) es de 8,4 puntos, y en todos los casos se pone de manifiesto que la diferencia estriba en un mayor aumento en el caso de las mujeres.

Las mujeres muestran mas habilidad en la gestión emocional, siendo capaces de reducir en mayor medida sus emociones negativas que los hombres, a la vez que también son capaces de experimentar mayores niveles de "Alegría" que el colectivo masculino. 

¿Esta habilidad femenina para gestionar emociones, a que se debe?

Existe una parte genética que desde antes del nacimiento, a través de las hormonas predispone y conforma el cerebro femenino, dotándole de estructuras especiales que le confieren mayor capacidad comunicativa, más capacidad de memoria emocional, y una mayor capacidad para captar indicios imperceptibles, conformando de este modo sus valores primarios, como serian la comunicación, la sensibilidad emocional, la conexión y la reactividad, facilitándoles interpretar mejor la realidad a través de la emoción.
Por otro lado tendríamos la parte ambiental, como la práctica, la experiencia y la interacción con los demás, que junto con las expectativas de lo que esperan los que nos rodean y la educación de genero, van modificando a lo largo de la vida las estructuras cerebrales femeninas, facilitando la expresión de su riqueza emocional.

Pero debemos recordar que gestión sana de las emociones no es patrimonio de hombres o de mujeres, sino que es un elemento insustituible de la maduración y del crecimiento personal y quien sea capaz de gestionarlas mejor, tendrá mayor ventaja competitiva en el plano social, relacional y emocional.

Esperemos que os haya servido también.

Este estudio científico realizado, aparte de evidenciar lo que antes solo era una percepción, ayuda a los profesionales del Teléfono de la Esperanza a modificar, tanto los contenidos curriculares, como la praxis de sus actividades de promoción de la salud emocional, adaptándolos a las dimensiones y subdimensiones estudiadas, y seguir motivándoles en su desinteresada labor de llevar la Esperanza a todo aquél que lo necesite.

Deseamos que estos datos y reflexiones hayan servido para que ahora todos sepamos cuantificar la diferencia entre como llegamos y como salimos de los cursos y talleres, y poner, con cierta humildad, un enfoque cuantitativo de "valor a la emoción". Y sobre todo recordar que el verdadero trabajo empieza en el momento en que acaba en el curso, y que hay que seguir trabajando día a día.

Gracias por vuestra ayuda, ayudando a crecer, crecemos todos.


Bibliografia: 

Sanz, J. (2001). Un instrumento para evaluar la eficacia de los procedimientos de inducción de estado de ánimo: “La Escala de Valoración del Estado de Ánimo” (EVEA). Análisis y Modificación de Conducta, 27, 71-110.

Brizendine, L. (2007). El cerebro femenino. Barcelona: RBA Libros S.A.

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