El único Manual de Instrucciones que tengo en la vida…
es el de mis sentimientos…
(Anónimo)
Entendemos por Inteligencia Emocional a la
capacidad que todas y todos tenemos para identificar, comprender y manejar
nuestras emociones de la mejor manera posible. Así, la puesta en práctica de
la inteligencia emocional nos ayuda a
mejorar nuestras relaciones con los demás, a conseguir nuestras metas y
objetivos, a manejar mejor el estrés y a superar obstáculos que nos parecen
insalvables.
Las emociones están presentes ante cualquier
acontecimiento que sucede en nuestra vida. Tanto las emociones positivas como
las negativas conforman nuestras vivencias. Escucharlas y aprender a reconocerlas puede sernos de gran
ayuda, tanto para nosotras mismas como para las personas que nos rodean.
Todas y todos podemos desarrollar nuestra
inteligencia emocional, es sólo cuestión de empezar a escuchar lo que nuestras
emociones nos están diciendo y aprender a tenerlas en cuenta. Os animo a
ponerla en práctica con estos sencillos 8 pasos.
Para poner en práctica los 8 pasos es mejor
comenzar cuanto te sientas molesta o molesto por algo. Busca un lugar cómodo
donde puedas sentarte y adelante!
PASO
1: Ser consciente de mis emociones
Escucha tu cuerpo. Cuando sientas una nueva
sensación de enfado presta atención a lo que sientes en tu cuerpo: espalda,
estómago, pecho, brazos, garganta, cara. Pregúntate en qué parte de tu cuerpo
sientes la tensión.
PASO
2: Dar la bienvenida a la experiencia emocional
Permítete sentir lo que sea que sientes. No
lo juzgues, no le des un calificativo negativo. Acepta lo que sientes. Es así.
Sentir lo que sientes es inevitable.
PASO
3: Describir mis sentimientos con palabras
Ponle nombre al sentimiento. Encuentra
palabras que te ayuden a expresar lo que llevas dentro. Deja que salgan las
palabras. Puede ayudarte escribirlo, puedes llevar un diario de sentimientos.
PASO
4: Identificar mi sentimiento o sentimientos primarios
Pregúntate: ¿Es esto lo que de verdad
siento en el fondo? ¿Es este el sentimiento más central? Para contestar a esto
puedes apoyarte en estas otras preguntas:
¿Siento alguna otra cosa que venía de
antes?
¿Aparte de esto, siento alguna cosa más?
¿Estoy tratando conseguir algo con este
sentimiento?
Si la respuesta a alguna de estas tres
últimas preguntas es “SI”, es muy posible que tu sentimiento no sea central.
Escucha de nuevo tu cuerpo y vuelve a los pasos 1 y 2. Si la respuesta es “NO”,
continúa.
PASO
5: Evaluar si ese sentimiento primario es saludable o no
Para ello pregúntate:
¿este sentimiento es una respuesta a
experiencias de mi pasado, en lugar de ser una respuesta a lo que me ocurre
AHORA?
¿existe un patrón repetitivo de este
sentimiento de malestar? ¿me pasa muy a menudo?
¿es un sentimiento de estar
atascada/atascado que me resulta familiar?
Si la respuesta a estas preguntas es “SI”,
es posible entonces que sea un sentimiento que no es saludable para ti. Si la
respuesta es “NO”, se trata de un sentimiento nuevo, en este caso saludable,
que responde a la situación actual. En este caso puedes ir al paso 7.
PASO
6: Si no es saludable, identifico la voz negativa y los pensamientos
destructivos asociados a ella.
- Primero, reconoce la emoción no saludable. Siéntela y
nómbrala: “me siento destrozado por
dentro”, “me siento humillada”, “siento un malestar destructivo”…
- Descubre los pensamientos que se esconden detrás: “no
sirvo para nada”, “nadie me quiere”, “no merezco amor”, “siempre estaré
sola/solo”… Estas son las voces negativas y los pensamientos
autodestructivos que contribuyen a mantener esas emociones no saludables.
- Mira esos pensamientos hostiles, obsérvalos como si
fueran unos críticos y dictadores que te señalan. Reconoce que ellos son
los que te paralizan y te causan problemas.
PASO
7: Descubrir respuestas y alternativas
saludables, y confiar en ellas
Busca ahora tu voz sana, basada en
sentimientos genuinos que te ayudan y te ayudaron a adaptarte a las situaciones
de la vida. Identifica estos sentimientos saludables como respuesta a esos
críticos y dictadores. Descubre lo que te están diciendo los sentimientos
saludables.
Cuando es saludable…
- el enfado te dice que tus límites han sido violados
- la tristeza te dice que has perdido algo
- el miedo te dice que estás en peligro
- la vergüenza te dice que te has expuesto en exceso
- la repugnancia te dice que lo que estás experimentando
es malo para ti
- el dolor te dice que la sensación de ti misma/mismo
está hecha pedazos
Acepta el sentimiento y utilízalo como si
fuese tu guía personal:
- el enfado te prepara para proteger tus límites
- la tristeza te prepara para llorar o buscar un espacio
de duelo
- el miedo te prepara para huir, alejarte
- la vergüenza te prepara para esconderte (en ese
aspecto)
- la repugnancia te prepara para poder rechazar, poder
decir No a una situación, persona, etc.
- el dolor te prepara para no repetir el suceso doloroso.
Si tu sentimiento primario es dolor, afróntalo, vívelo y aprende que
puedes sobrevivirlo.
IDENTIFICA TU NECESIDAD, TU META
Es momento en este paso, de identificar tus
necesidades no satisfechas o tus preocupaciones o metas más básicas que no
están siendo atendidas. Exprésalas. Date cuenta de que no es proceso
intelectual, sino que es algo que viene de dentro, del sentimiento. Siente la
emoción que no es saludable y entonces, siente cómo surge también un nuevo
sentimiento saludable.
Te puede ayudar preguntarte:
- ¿Qué necesito realmente? deja que la respuesta salga de
tu estado emocional
- ¿Cuándo, en qué momentos siento lo contrario del
sentimiento que No es saludable? ¿Cuándo me siento valiosa/o, segura/o,
competente y más integrado? Concéntrate en ese estado, siente la emoción
de esos momentos. Este también eres tú, entonces pregúntate de nuevo “¿Qué
necesito?”
- ¿Qué puedo hacer para ayudarme a mí mismo/ a mí misma?
Revisa si tú puedes darte lo que necesitas.
- ¿A quién puedo acudir para recibir algo de lo que
necesito? Seguro que hay alguien que está dispuesto a echarte una mano.
Puedes clarificarte dándole sentido a lo
que el sentimiento y la necesidad te están diciendo:
¿Qué hay en esta situación que me hace
sentir de este modo?
¿Cuál es de verdad el tema de fondo?
¿Quién es responsable de qué?
¿Qué puedo aprender de esta situación? ¿Qué
puedo aprender de mí mismo/de mi misma?
PASO
8: Transformar mis emociones no saludables cuestionando los pensamientos
destructivos.
- Pon en duda tus creencias negativas con la ayuda de tus
sentimientos y necesidades saludables. Por ejemplo, si tu creencia es que
no eres lo suficientemente bueno/a, ponla en duda a través de tu necesidad
sana de apoyo: di “no necesito crítica, necesito apoyo”.
- Utiliza la emoción central saludable que hayas
encontrado para superar tu estado negativo. Busca la calma interior debajo
de tu sentimiento de desdicha. Deja que te consuele. Todas y todos somos
dignos de amor y de apoyo. Todas y todos somos valiosos por nosotros
mismos.
- Permite que tu lado más saludable y positivo contacte
con tu lado más negativo. Deja que los dos se combinen y que incluso el
lado sano se ría un poco del menos sano. Integra la vergüenza y el orgullo
en una sensación de valía; el miedo y el valor en una sensación de fuerza;
la ansiedad y el deseo en una sensación de conexión y sensibilidad.
Habla con alguien en quien confíes y que
sea capaz de ponerse en tu lugar. Encuentra una persona con la que te sientas
bien, y si es necesario busca un terapeuta o un consejero.
Y no olvides nunca
que….
Remeis Jiménez. Filósofa y Terapeuta Gestalt Integrativa, Colaboradora del T.E. de Valencia
Fuente: Emociones: Una guía interna. Leslie Greenberg. Ed Desclée de Brouwer. 2000.