Muchas mujeres creemos, de manera más o menos consciente, que “poner muchísimo amor” en nuestra relación, que “amar apasionadamente”, de forma intensa e incondicional, es lo mejor que podemos hacer, porque ello será una garantía para su continuidad armónica y satisfactoria y que por fin alcanzaremos esa anhelada felicidad. (Nos condicionan múltiples modelos y mensajes que hemos recibido desde nuestra niñez, y que siguen actuando hoy en nuestra cultura).
Sin embargo nos equivocamos, es un error; a veces un peligroso error.
Esta es la razón por la que muchas veces nos encontramos dando cada vez más, a cambio de cada vez menos.
No se trata de “amar mucho”, sino de “amar bien”.
Y es que la mujer afectada del “Síndrome de Amar Demasiado” (y hemos de decir que somos mayoría) puede que ame mucho, pero sin duda ama inadecuadamente. Hay una distorsión, un desorden, un error en sus ideas acerca del modelo de una relación de pareja sana.
Esta distorsión procede de su infancia, cuando la disfuncionalidad del medio familiar fue progresivamente modelando en la niña una incorrecta percepción y evaluación de las situaciones y, por tanto, unas respuestas emocionales equivocadas, y que ahora de adulta se manifiestan especialmente en las relaciones cercanas y de manera muy particular en las relaciones de pareja.
Como consecuencia, sus sentimientos están asimismo distorsionados, de modo que resulta completamente imposible que sus comportamientos emocionales y sentimentales sean acertados.
Como consecuencia, sus sentimientos están asimismo distorsionados, de modo que resulta completamente imposible que sus comportamientos emocionales y sentimentales sean acertados.
Llevada por su compulsión de dar, de ayudar, de entregarse (que en el fondo busca satisfacer su hambre de amor), de olvidarse completamente de sus propias necesidades, la mujer que ama demasiado empieza a sentirse en desequilibrio, siente que no recibe de su hombre en la misma medida y empieza a demandar, a exigir (tal vez de forma sutil pero corrosiva para la relación) a su pareja unas actitudes y comportamientos diferentes
Para sentirse bien, la mujer que ama demasiado necesita que su hombre le corresponda en la medida, tiempo y forma que ella considera que debería ser; o sea igual que ella hace y, según su idea, supuestamente hacen los hombres que en verdad aman a una mujer.
En realidad, lo que sucede es que a ese hombre que tanto cree amar, no le quiere tal como es, sino como a ella le gustaría que fuese.
Así entra en un ciclo obsesivo y adictivo de entrega, demanda y manipulación para cambiar a ese hombre, para “mejorarlo”, “curarlo”, “ayudarlo” hasta convertirlo en el hombre de sus sueños.
Así entra en un ciclo obsesivo y adictivo de entrega, demanda y manipulación para cambiar a ese hombre, para “mejorarlo”, “curarlo”, “ayudarlo” hasta convertirlo en el hombre de sus sueños.
Esta mujer siente la fuerte convicción de que la intensidad, la fuerza de su amor y todo su esfuerzo y estrategias pueden cambiarlo, pueden hacer desaparecer sus defectos y problemas.
Se ha propuesto sacar del interior de su pareja a ese hombre maravilloso y perfecto con el que ella sueña y al que en realidad ama.
Si una mujer que ama demasiado se recupera de su patología emocional, existe la posibilidad de que también se recupere la relación, cuando está implicado un hombre adecuado para ella.
(Artículo extraÍdo de la página mujeresqueamandemasiado.com)
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