Comenzamos un nuevo año 2015, que despierta muchas esperanzas y expectativas, que si son lo bastante asequibles y las concretamos bien pueden mejorar nuestra vida.
La llegada del año nuevo podemos vivirla con alegría y esperanza. Nosotros eso sí, debemos tomarnos algunos segundos para realizar una reflexión encaminada hacia evaluar lo que hemos cosechado en este año que termina: ¿Qué vamos a hacer? continuar con nuestro proyecto de vida o rehacer el camino, en el caso de que los planes no hayan salido del todo bien.
Crearse expectativas es un arma de doble filo, por un lado nos sirve para motivarnos y continuar pero, por otro lado, crearnos expectativas al fin y al cabo es predecir el futuro y lo que va a pasar en el futuro no se sabe. Con esto último, estaremos cometiendo uno de los errores más típicos el de colocar la mente en el sitio que no le corresponde. Nuestra mente si no es para medir, comparar, revisar, reflexionar o para comunicarnos, es utilizar la mente para lo que no es su función, así la invitamos a crear una película "a la carta” que actúe como tapadera de nuestros miedos y nuestras negaciones y esto, tiene un nombre, “autoengañarse".
Las expectativas son producciones mentales que proyectamos hacía el exterior y que creamos a la medida de nuestras propias carencias o incapacidades, son ilusiones depositadas fuera de nuestro control y que convertimos en creencias. Si quieres una decepción segura, crea expectativas. No debemos confundirlo, la motivación es un “motor” interno que manejamos nosotros, la expectativa en cambio es solo un “idea” depositada sobre el entorno con la esperanza de que sin más, nos devuelva exactamente lo que queremos.
Basamos nuestra vida en la espera, esperamos que nuestros hijos sean de tal manera, que nuestra pareja cambie o se de cuenta, que aparezca la relación “ideal”, que tal trabajo cubra nuestra motivación, que nuestros padres nos reconozcan, que el medico nos cure, que los políticos sean honesto... el caso es echar balones fuera, ¿os dais cuenta?. Esto cuándo no se cumple y falla nos decepcionamos.
¿Qué puedo hacer?
- Vivir en el presente. Crearme metas a corto plazo y luchar para cumplirlas con mi propio trabajo y motivación.
- No esperar tanto de lo externo. La mayoría de las veces somos nosotros el motor de cambio de lo que nos rodea.
- Ser positivo. Buscar el lado positivo de las cosas. Controlar los pensamientos y huir del “Todo me va mal”.
- Ser objetivo. No ver sólo los aspectos negativos de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Reforzarnos y felicitarnos por los triunfos alcanzados.
- Quererse a uno mismo. Aceptarse y valorarse en su justa medida. Tener un buen concepto de uno mismo, sin caer en la soberbia.
- Asumir los problemas. Buscar las alternativas existentes para solucionar los problemas, pero hay cosas inevitables. Si la situación escapa de nuestro control, practica la aceptación.
- No exigirse demasiado. Debemos sentirnos contentos con nosotros mismos y reconocer nuestras limitaciones. No podemos abarcarlo todo, somos humanos no máquinas.
- Poner metas alcanzables. Ser realistas y conscientes de nuestras posibilidades.
- No tener miedo al fracaso. Confiar en nosotros mismos y no temer a los errores, de ellos aprendemos. No debemos esperar la aprobación de los demás, así perdemos nuestra confianza y nuestro criterio.
En el Teléfono de la Esperanza de Valencia os deseamos un feliz año 2015 y os animamos a luchar por vuestras metas.
"Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos"
Hasta el año que viene!!