Muchas personas llegan a un punto en sus vidas en que
nada parece interesarles. Por más que tengan todo lo que pensaron que podían
tener, la vida sigue pareciendo un sinfín de desencantos, desilusiones e
incomodidad interna. Ya sea porque ha habido fracasos, o porque nada parece
llenar el vacío interno, la vida se escapa sin poder hacer nada. Para todas esas
personas que alguna vez han perdido la alegría y la motivación para vivir,
encontrar algo que los haga sentir mejor es imperativo.
Pequeños cambios para recuperar la alegría de vivir

Acompañado de
esos cambios, se debe también exterminar los pensamientos negativos
y enfocar los pensamientos positivos. Esto se
logra tratando de verle el lado bueno a cada situación de la vida, en vez de
enfocarse en los detalles defectuosos.

Una vez
que los pensamientos negativos son desplazados por pensamientos positivos, la vida empieza a cambiar y todas las
personas alrededor comienzan a ver el cambio, y por lo tanto, cambian también.
Finalmente, ayudar a otras personas, es una de las actividades más
satisfactorias que se puede hacer.La puerta de la felicidad se abre hacia
afuera,saliendo al encuentro de los demás.La solidaridad es una de las
principales fuentes de bienestar y que proporciona más alegría y felicidad a
aquellos que la practican en sus vidas
En
conclusión, para recuperar la alegría de vivir solo hay que enfocarse en las
cosas más pequeñas, estar abierto a los cambios y empezar a ver todo desde otra
perspectiva; es decir, debe haber un cambio de actitud hacia la vida, acompañado
por un cambio en el comportamiento, aunque sea pequeño, pero
constante.
Estas cosas que aparentemente parecen sencillas, pueden resultar
complicadas, sobre todo cuando no estamos habituados a hacerlas o hemos perdido
el hábito de su uso. Recuperarlas lleva su tiempo y tal vez la ayuda de otras
personas. Por ello en el Teléfono de la Esperanza de Valencia hemos
organizado un Taller con este nombre : "La Alegría de Vivir". Mediante el
mismo pretendemos ofrecer a los participantes recursos para ir incorporando esa
alegría en sus vidas y sobre todo dotarles del impulso suficiente para
intentarlo y no abandonar en el intento.
Para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida, y qué podemos hacer para vivirla plenamente.
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