jueves, 21 de mayo de 2015

La celestina de nuestros tiempos: las agencias matrimoniales.

Han transcurrido ya muchos años desde que las primeras agencias matrimoniales abrieron sus puertas en las grandes ciudades españolas. Desde entonces se ha hecho un largo camino.

Las agencias matrimoniales tienen como objetivo unir a personas con potencial de compatibilidad alto y con un objetivo común: ambos buscan una relación estable. A día de hoy supone una de las alternativas más profesionales para encontrar la pareja ideal. A través de un análisis de la personalidad de sus clientes y las preferencias de cada uno, las agencias matrimoniales proponen personas que muestran un alto grado de afinidad basado en amplios parámetros de carácter, preferencias y aficiones. 


Estos análisis son resultado de entrevistas individuales a través de las cuales se realizan estudios de personalidad de cada uno de sus clientes y ofrecen absoluta confidencialidad de los datos que se aportan y seriedad en la búsqueda de la persona que quiere conocer. Se crea un vínculo entre el coordinador sentimental y el cliente, ya que hay un contacto presencial directo, un espacio físico, despachos y oficinas, donde el cliente puede acudir y también una persona al otro lado del teléfono, para hacer un seguimiento continuado.

Detrás de una agencia matrimonial existe un equipo profesional y técnico altamente cualificado (departamento informático, abogado y asesoría fiscal, administración, agencia de viajes y eventos, apoyo psicológico y emocional) y por supuesto, un coordinador que ofrece un  trato humano directo con cada uno de los clientes, conociéndolos a todos, escuchándolos, acompañándolos durante todo el proceso de búsqueda, y  así poder hacer de árbitro real, evaluando y ajustando los perfiles y necesidades de cada uno. 

¿Cuáles son las motivaciones por las que alguien decide acudir a una agencia matrimonial?
Acuden a la agencias matrimoniales personas que buscan encontrar el amor. Personas emocionalmente disponibles y sentimentalmente libres: solteras, separadas, divorciadas o viudas, que desean una relación para formar pareja estable o contraer matrimonio. Las edades son muy variadas, desde 30 hasta 80 años, primando muy especialmente el tramo entre 50 y 70 años, quedando en este tramo un porcentaje alto de los usuarios. Personas que, por diferentes circunstancias, han visto reducido su grupo de amistades y los actuales lugares de relación no les convienen o no les agradan. Personas que tienen una idea muy clara de lo que quieren, son conscientes de que por exigentes que sean, ha de haber en algún lugar una persona que responda a esas características concretas. Personas que por motivos profesionales o familiares no disponen de mucho tiempo para tener una vida social activa y no pueden salir al encuentro de su pareja. Destinos de trabajo alejados del círculo habitual, la longevidad, los fallecimientos, la gran tasa de separaciones y divorcios, son circunstancias que las personas pasan accidentalmente y quieren superar.
Existe cada vez más una clientela que no busca sólo relaciones estables, sino también amistad, el cliente demanda más relaciones sociales y grupos de amistad. Se trata de un perfil de personas jóvenes, de entre 30 y 50 años de edad. Por ello, se ofrece también un amplio abanico de servicios que satisfagan esta necesidad: actividades de grupo, reuniones, excursiones, etc.

¿Pero, como sobrevivir a la red y la tecnología?
La revolución tecnológica de nuestros tiempos ha hecho tambalear al sector de las agencias matrimoniales, ya que se ha creado en la red el modelo de agencia matrimonial on-line o de contactos. No obstante las personas que buscan una agencia matrimonial tradicional apuestan por la calidez del trato personalizado y diferenciado y no quieren perder el tiempo en “chats“ con personas que no ofrecen total garantía.
Aquellas agencias matrimoniales que han logrado sobrevivir después de este impacto tecnológico ha sido por que se han favorecido de este recurso y no han competido, es decir, se apoyan en él.
Gracias a internet la publicidad e información llega rápidamente a nuestros hogares, buscadores, redes sociales, empresas 2.0 donde el usuario tiene la posibilidad a cualquier hora de contactar con la agencia y sin necesidad de moverse de su casa, escribir un comentario o pedir una cita, los diseños llamativos de las páginas web, los programas informáticos que agilizan tanto los registros como la búsqueda de perfiles compatibles… y un sinfín de ventajas sin perder el objetivo principal: el contacto directo con el cliente, la verificación de datos y cumplir la rigurosa LOPD.

El proceso de búsqueda que ofrecen la mayoría de agencias matrimoniales puede resultar un poco más lento que las agencias on-line, pero a cambio ofrecen un trato mucho más personalizado y directo con el cliente. Más garantías, menos riesgo.

Estamos hablando de AMOR, el sentimiento más poderoso que existe y el que mueve una infinidad de emociones asociadas, por ello desde las agencias matrimoniales, se mira a cada cliente con el cariño, el respeto, la confidencialidad y delicadeza que corresponde.
El trabajo va más allá de relacionar personas, cada una de ellas es especial y única para el coordinador de la agencia, intentando que se sientan valiosas y escuchadas. La cara opuesta del amor es la soledad que siente quien lo pierde, incluso la apatía o la depresión. Lo más gratificante para las personas que trabajan en una agencia matrimonial es poder ayudar a devolver la ilusión, las ganas de luchar y a volver a creer en el amor. Se crea un vínculo emocional con cada cliente y se aprende de cada uno de ellos y de sus “me gustaría”. Ellos saben que hay alguien conocido detrás de sus consultas y al equipo de la agencia matrimonial les llena de satisfacción el poder atenderles e incluso tomar un té o un café con ellos y darles fuerza para animarles a que consigan realizar su sueño.... ENAMORARSE.

Alguien dijo una vez: trabaja en lo que te guste y no tendrás que trabajar jamás. Trabajar en una agencia matrimonial es especial, es un reto, es un sueño, da sentido a la vida y la posibilidad de crecer como persona.

Recuerda: “hay alguien que tiene lo que tú quieres y quiere lo que tú tienes.”    

Autora: Victoria Piquer, www.nuevailusion.com

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