sábado, 23 de agosto de 2014

HISTORIAS DE DIVÁN (25)

En muchas ocasiones pensamos que las cosas que nos pasan son fruto del azar, la casualidad, el Destino, la mala o buena suerte, hasta de Cupido o alguna otra deidad juguetona que se cruza en nuestras vidas para jugarnos malas pasadas o depararnos encuentros felices. Pero todo, o casi todo, tiene alguna explicación, aunque no sepamos cuál es. Todos somos responsables, en cierto modo, de lo que nos pasa, para bien o para mal. Algo de esto nos plantea el presente capítulo de nuestras "Historias de Diván". En esta ocasión la paciente se lamenta de que siempre se enamora de hombres casados. Son relaciones que acaban mal y que la hacen sufrir. "Qué mala suerte", "por qué me ocurre a mí esa fatalidad", "qué ingrato es el destino conmigo". Todas estas reflexiones la atormentan, pero ¿realmente es mala suerte? Ésto es lo que intentará descubrir nuestro psicólogo de cabecera. Que lo disfrutéis (y reflexionéis).


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